La iluminación de la calle Cuba es espectacular en su forma, pero salta a la vista que no es su espacio natural. Pero es el que hay. Ayer, la comisión que defiende el primer premio presentó su proyecto 2018, que lleva por lema «Kaleidoscopio», realizado por Mariano-Light y que dialoga a base de filtros con la propia falla, que tiene ese nombre. El presidente, José Giménez, no descarta poder plantar sus montajes en un lugar más cómodo. Por ejemplo, en el Parque Central. «Pero no nos vamos a engañar: queda mucho por delante para poder hacerlo. Primero hay que ver cómo se remata el parque, si se autoriza, a quien pertenece la demarcación... yo creo que la gente sí que vendría. No me desagrada para nada, pero es algo que veo todavía lejano» aseguraba ayer el presidente José Juan. Ciertamente, el parque tendrá unas explanadas más adecuadas, pero se antoja que requeriría un expediente muy largo.

Con "Kaleidoscopio" el iluminador italiano MarianoLight utiliza el recorrido de la calle Cuba como un tubo a través del que conducir la luz y el color hasta un rosetón gigante flotando en la entrada de la plaza, donde se irán formando figuras geométricas de distintas formas y colores al ritmo de la música. El conjunto constará de 160.000 leds y 65.000 pixeles matrix, con 124 canales audio, 16 alas laterales en escalera desde 6 a 20 metros de altura y un rosetón final de 24 metros de diámetro.

El proyecto de iluminación enlaza directamente con la temática de la falla de Vicente Martínez pues a través de los filtros de colores del rosetón se accede a la plaza donde descubrimos el monumento fallero, "Filtres".

La presentación oficial también lo fue de los artistas, Martínez Aparici y Mario Pérez, autores de las fallas grande e infantil, respectivamente.