Falleras mayores infantiles de diferentes años (desde Laura Carsí de 1980 a Clara María Parejo de 2017) cumplieron el ritual establecido de subir una vez al año al balcón. Ven el disparo desde una de las habitaciones y después regresan al balcón para hacerse fotos y rememorar tiempos pasados. Fue la presencia más llamativa en una jornada apacible y con muy poca gente, puesto que no es jornada laborable.

Sorpresa para Vega Calvo y Alicia Andrés, que recibieron la visita a pie de calle de las falleras mayores de Roqueta-Arrancapins de su época (al menos, una representación de la misma) con un pancarta. Y es que las historias son arriba y abajo: al abandonar el balcón y dirigirse a los coches, Mireia Bazaga se encontró con vecinas de Osset, pueblo del que es parte de su familia y donde veranea.

La comitiva se marchó a comer a la falla Creu i Mislata, a la que pertenece Marta Sobrino tras una matinal con visitas al parte de bomberos (las niñas) y a los premios Ecovidrio (las mayores).