La mascletà que hoy ha disparado Ricasa en la plaza del Ayuntamiento ha sido una demostración de fuerza e intensidad, tanta que los bomberos que rodean y vigilan la jaula donde se produce el disparo incluso se han llegado a retirar brevemente de ésta y una palmera ha echado a arder tras el impacto de una carcasa.

Ambos hechos reflejan el poderío que ha tenido una mascletà que, sobre todo, ha estado envuelta en un halo de emoción al estar dedicada al trabajador que Ricasa perdió el lunes en un accidente pirotécnico ocurrido en las instalaciones que la empresa posee en Olocau.