La mascletà que hoy ha disparado Ricasa (Ricardo Caballer) en la plaza del Ayuntamiento de València ha estado envuelta en un halo de emoción. El disparo, de corte clásico y con un intenso final, estaba dedicado a la memoria del trabajador que el lunes perdió la vida en las instalaciones que la empresa pirotécnica posee en Olocau.

Por este motivo, los momentos previos y posteriores al disparo no han estado hoy acompañados de la tradicional música que cada día de Fallas suena a través de la megafonía instalada en la plaza del Ayuntamiento. Además, la jaula ha lucido un lazo negro en recuerdo del trabajador fallecido y se ha guardado un minuto de silencio en su memoria antes del inicio de la mascletà.

El silencio se ha roto a las dos en punto con un espontáneo aplauso de las miles de personas congregadas en la plaza para asistir a la mascletà y, en ese momento, las falleras mayores de València han dado paso al disparo aunque haciendo mención antes a la memoria de la víctima mortal.

Tras la mascletà, el pirotécnico, Ricardo Caballer, no ha subido al balcón del ayuntamiento para saludar al público, como es habitual, sino que ha sido la fallera mayor de València, el alcalde, Joan Ribó, y el concejal de Fiestas, Pere Fuset, quienes han bajado a la plaza para felicitarlo.

Además de a él, también han saludado al resto de empleados de Ricasa, muchos de ellos envueltos en lágrimas, así como a la familia del trabajador que perdió la vida en el accidente. Rocío Gil ha abrazado durante un buen rato a la viuda del fallecido, a quien Caballer ha entregado un ramo de flores que, en memoria de su esposo, ha presidido todo el disparo.