Las victorias entre las comisiones poderosas son necesarias de vez en cuando. Pero cuando se apuesta por la victoria año tras año y ésta no llega, puede llegar a cundir el nerviosismo. Por eso, el triunfo de anoche de Convento Jerusalén tiene para este colectivo el esperado efecto balsámico que da ganar cuando el triunfo se resiste.

Las Fallas vivieron, en la época de prosperidad económica y posterior crisis, un volteo en su mapa. Desaparecieron de la primera línea las que lo habían estado históricamente. Merced abandonó la categoría, Pilar bajó escalones y algunos más Na Jordana. Irrumpieron al abrigo de la nueva economía Nou Campanar y Exposición. Cuba-Literato Azorín se sumó a la fiesta y Sueca estaba por allí desde un poco antes. De todos los clásicos, Convento Jerusalén fue la única que mantuvo el tipo. Más aún, el Siglo XXI empezó con la sensación de que iban a ser los dominadores. Habían encontrado la fórmula de éxito con Paco López Albert. Sin embargo, cuando todo parecía ir con el viento en popa, apareció el huracán Nou Campanar que acabó con ese estatus. Precisamente, con Juan Armiñana, que ayer formó parte del jurado (lleno de veteranos y sin ninguna mujer, para disgusto de Pere Fuset).

Desde el año 2000, tan sólo en un ejercicio de transición, el de 2003, se han bajado del podio. Dice mucho de estabilidad, regularidad y competitividad. Sólo les ha faltado doblar con el primer premio de infantiles.

A la vez, se produjo el relevo indoloro en la presidencia. En la directiva se ha producido un relevo generacional. Con Santiago Ballester han ido entrando en estos años nuevos directivos de diferentes segmentos de edad, tomando el relevo de aquellos que, en su momento, volvieron a poner a Convento en primera línea.

La gestión social del colectivo, es una de las claves en una comisión que trata de conseguir que prevalezca su condición de falleros sin discusión, evitando manidos estereotipos sociales que le son indisolubles.

Con recursos y gestión, con Pere Baeas renovado y aplicando una fórmula heterodoxa, pero eficaz, en la gestión del taller (darlo todo en esta falla y luego rentabilizarlo), el futuro competitivo de Convento está asegurado.