n Ayer sí, el sol brilló durante toda la mañana, el viento era bastante moderado y, por tanto, la mascletà no corrió ningún peligro. Y menos mal que así fue porque lo que tenía reservado la pirotecnia Valenciana era realmente impresionante de inicio a fin. Para abrir boca, varios juegos de aéreos que dibujaron en el cielo valenciano la senyera y otros colores. La gente no sabía hacia dónde mirar porque el espectáculo estaba a ras de suelo, a media altura y también en lo más alto. La mascletà iba evolucionando de una forma regular y acompasada. Pero, el terremoto final, de 35 segundos exactos de duración, como indicaba el propio pirotécnico, fue, sencillamente, brutal y apoteósico.

La plaza estalló en un aplauso casi tan atronador como la propia mascletà y, José Manuel Crespo conseguía el reconocimiento que merecía. Ya en el balcón, comentaba sus impresiones: «Quería disparar una mascletà como toca, de menor a mayor, fuerte y con ese final para ponerle la guinda». El bromeaba con que su hijo, allí presente y ya integrado en el oficio le había dicho que «me había pasado, es mi mayor crítico», decía.

Crespo explicaba que siempre intenta «apostar por la innovación», aunque reconocía que «nunca sabes el resultado hasta que acaba».

Él reconocía que el final había sido «brutal» y argumentaba que el terremoto había durado «exactamente, 35 segundos», aunque a más de uno les pareció mucho más por su potencia. En total, lanzó 290 kilos de pólvora de los que casi la mitad estaban en ese tramo final.

Ayer no estuvo en el balcón durante el disparo el alcalde, Joan Ribó, pues lo vio desde abajo, casi al lado de la jaula, junto a los concejales Grezzi y Galiana. Ribó decía que había aguantado «sin problemas», y que no se había puesto los tapones: «incluso me hubiera gustado estar más cerca, como hacía cuando estudiaba agrónomos, pero no se puede», bromeaba.

Entre los invitados en el balcón estaban el presidente nacional de Cruz Roja, Javier Senent, las embajadoras de Moldavia, Letonia o el embajador de Bélgica, así como el alcalde de Alicante. Todos ellos pudieron vivir la experiencia de una mascletà de esas memorables que fue la penúltima de estas Fallas de 2018.