Más serio se ponía al hablar de la situación actual de su profesión. Tal y como ya hiciera Pere Baenas en días anteriores, comentó que «la situación económica es muy complicada», a lo que añadía que «estamos pasando unas temporadas bastante difíciles», por lo indicaba que había que esperar «a ver si esto rebrota un poco y volvemos a la línea en que antes íbamos». Él iba más allá y aseguraba que «los artistas estamos pasando una crisis que nunca la habíamos pasado. O nos echan un cable o veo un final cercano bastante malo», auguraba, con pesar.

Él reconocía el trabajo que se está haciendo en la Ciutat Fallera, pero no tenía claro si llegaría a tiempo para rescatar a la profesión: «Puede llegar a tiempo, pero se tiene que involucrar muy rápido. Los proyectos están más o menos aprobados, pero falta inyectar dinero y empezar bien porque sino va a pasar lo mismo que con el oficio».

Espuig valoraba el trabajo de artistas como Baenas: «No sé ni cómo ha podido, con el dinero que le dan, hacer la barbaridad de falla que ha hecho». Y decía que «nos gusta tantísimo la fiesta que apostamos y ponemos muchísimo más de lo que en realidad cobramos de la falla».