La Federación de Vecinos de València volverá a insistir en la elaboración del próximo bando fallero que se impida la circulación de bicicletas por las calles cortadas al tráfico. Fue una de sus grandes reclamaciones en el bando que ahora expira, y que no se ha cumplido según María José Broseta.

La presidenta de los vecinos apuntaba ayer que si ningún vehículo puede transitar por esas vías restringidas «tampoco pueden hacerlo las bicis». «Van pitando e invadiendo espacios que son para los peatones, y eso se ha de respetar», incidía Broseta.

Otro punto que consideran indispensable abordar es el de los excesos que provocan las fiestas organizadas por las comisiones. «En cada falla hay una verbena y es mucho lo que acarrean, porque se han convertido en botellones con música», señalaba Broseta no sin un punto de ironía.

El ruido originó solo en una noche más de 700 llamadas a la Policía Local, aunque el horario de cierre y el nivel de decibelios no se excedió, tal como explicaban desde Protección Ciudadana. «Para los vecinos es bastante desesperante el tema de las verbenas, la verdad», confesaba, aludiendo a las imágenes publicadas por Levante-EMV de actos vandálicos en la Lonja y su entorno tras la celebración de tres macro-fiestas falleras.

Broseta, a falta de datos de todas sus asociaciones, destacaba como «positivas» las medidas de seguridad impuestas por el ayuntamiento en forma de vías de evacuación. «La realidad es que este año se ha visto menos gente que el pasado, aunque el sábado y el domingo fue un poco agobiante», comentaba, para acto seguido apostillar: «En las zonas donde había chiringuitos, al no colocar mesas y sillas algo se ha notado».

En cuanto a la limpieza, reconocía que la falta de civismo acaba llevándose por delante los intentos del consistorio por tener las calles sin basuras y latas. «Se han visto más barrenderos, pero es tanta la basura que se genera», lamentaba Broseta.

La Concejalía de Medio Ambiente ha alargado este año los servicios de limpieza extra hasta el día 23. El dispositivo especial de limpieza preveía, por ejemplo, el trabajo durante la pasada Nit de la Cremà para la recogida de cenizas de más de medio millar de medios humanos y más de 260 mecánicos. También incluye el trabajo desde el día 20 hasta el 23 con barridos manuales y mecánicos y baldeo para recuperar «los estándares de limpieza de la ciudad», según la edila Pilar Soriano (Compromís).

La venta ambulante, gran queja

La otra gran queja, en estas Fallas, ha sido la de los comerciantes y hosteleros, que un año más han puesto el grito en el cielo por la competencia desleal que supone la venta de bebida y comida en la calle.

Manuel Espinar, presidente de la Federación de Hostelería, advertía el pasado domingo que tendrá que haber más consenso con el bando de cara a las Fallas de 2019. El cierre de terrazas a determinadas horas por seguridad, así como la competencia desleal de los puestos ambulantes es una asignatura pendiente, tal como ha incidido también Julia Martínez, de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico. Hasta once entidades que representan a comerciantes y hosteleros reclamaban hace unas semanas una reunión con Joan Ribó y otras concejalías para abordar el tema.