La Junta Local Fallera de Sueca ha informado del fallecimiento, a los 96 años, de uno de los grandes iconos históricos del mundo de los artistas falleros.

Podría decirse que Pascual Carrasquer es el más importante y revalorizado artista de cuantos no han hecho de València su espacio natural, aunque también lo tocara. Fue, es, el gran artista de los pueblos (así se le conocía), especialmente en la Ribera Alta y Baixa, La Costera, La Safor y l'Horta. Gran cantidad de los mismos recibieron el trabajo del artista suecano, el primero en abrir un taller en la comarca, del que hay catalogado casi medio millar de fallas.

Y puesto en valor se puede decir de aquellos artistas que no caen en el olvido. En este caso, el reconocimiento llegó a tiempo. Recibió los honores hace ya casi veinte años, cuando la ciudad de Sueca le dedicó una calle durante un homenaje en las Fallas de 2005 y que se convirtió en una gran fiesta popular, incluyendo la rotulación de una calle junto a donde plantó su primera falla en 1945, con su placa conmemorativa, además de imponérsele la Espiga d'Or y la medalla de la villa. Posteriormente, en 2014, Joan Castelló le escribió una biografía en la que se destacaba su carácter de artista polifacético y su capacidad para poder plantar para todo tipo de pueblos, categorías y presupuestos. La junta local recuerda que "estuvo plantando fallas hasta los 90 años, toda una vida dedicada a su pasión". De hecho, estuvo plantando fallas hasta el año 2016.

Como queda dicho, València también vio pasar su arte: 25 fallas a lo largo de casi 30 años "oficiales", aunque el doble "reales". Se estrenó en 1953 en la demarcación de Danzas-En Colom y tuvo su particular espacio nautral en Félix Pizcueta-Cirilo Amorós, donde llegó a conseguir un primer premio en la categoría de plata (la Sección Primera, actualmente Primera A), en el año 1967 y dos segundos premios, acompañados de la victoria en ingenio y gracia en 1958 y 1959. También tuvo una incursión en la Sección Especial de la mano de Matías Perelló-Luis Santángel, con la que tuvo un accésit, equivalente a un cuarto premio, en 1959. A partir de los años ochenta iniciaría una larguísima trayectoria de treinta años en Pere María Orts (la antigua plaza de Eduardo Marquina), primero firmando a su nombre y después amparado en la denominación de "Artista: La Comisión". Era una de sus características: plantar durante años y décadas en las mismas demarcaciones.

En aquel 2016, junto a su última falla, Carrasquer decía en Levante-EMV que no podía hacer otra cosa que fallas porque nació un 17 de marzo con seis meses de gestación "para no perderme el ambiente fallero".

En el presente deja un gran legado: Pascual "Paski" Roda, su particular ahijado, hecho artista en su taller.

El paso del tiempo está privando a las Fallas de la vida, que no de la obra, el recuerdo y el testimonio, de toda una generación de artistas. Juan Huerta, Vicente Luna, Juan Roig Arnal, José Azpeitia... y ahora Pascual Carrasquer, "Pasqualet".

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Detalles de la falla Linterna-Na Robella para la Primera A Moisés Domínguez