Moisés Domínguez, Valencia

La presentación de la fallera mayor de Convento Jerusalén es, después de la de Valencia, la que más interés suscita a lo largo del año. No en el aspecto del montaje teatral (para eso están las Na Jordana, Pilar y compañía), sino por el componente social que conlleva.

La edición de 2009 no se ha quedado atrás. Y, posiblemente, ha sido de las más espectaculares como acto social. Lo más granado de la sociedad valenciana se combinó con la clase económica española, invitados por mor de quien es la fallera mayor. Patricia Esteban, la esposa del presidente del grupo SOS, Jesús Salazar. Valenciana de nacimiento, pero instalada desde hace años en Valencia, Patricia se reencontró con sus raíces después que, a través de Juan Roig, se le pusiera sobre la mesa y aceptara la posibilidad de ocupar el trono de Convento.

Para agasajar a su fallera mayor, la comisión de Convento es única. Saben hacerlo como ninguna otra y, por eso, la fiesta estaba preparada al dedillo. Con su coche de caballos, su moqueta y su aire de distinción. Patricia estrenó un espolín de Vives i Marí de nombre Akra Leuka, similar al que utilizan las belleas del foc de Alicante, de color blanco con detalles de plata y oro y con manteletas de Chelo. Todo él confeccionado por las manos de Amparo Fabra.

Jesús Salazar, para quien el reinado ha coincidido con la materialización de una operación empresarial de gran magnitud (la venta de Cuétara y la adquisición del gigante aceitero Bertolli) ha hecho un curso acelerado sobre fallas, y curiosametne ayer estreno un traje de torrentí, y no ocultaba la sensación de estar encantado con los honores para su esposa.

Patricia tuvo como mantenedor al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Y en la nómina de invitados estaban también, entre otros, el jefe de la Casa Real, Alberto Aza; Ángel Fernández Noriega, Unicaja; Antonio Pulido, presidente de Cajasol, Arturo Fernández, presidente de la CEIM y vicepresidente de la CEOE y Antonio Fernández López, director general de Ahorro Corporación Financiera. Estaban los presidentes de las cámaras de comercio italiana y americana en España; pintores como Antonio de Felipe, Juan Lluna, Ginér Bueno y Giner Godella. Y un largo etcétera de empresarios y bancaros.