Hace ya tiempo que los artistas del máximo nivel tienen clara la anatomía de sus monumentos. Grandes figuras corpóreas, rodeadas de otras de tamaño medio, rematando el conjunto con otras aún más pequeñas para darle consistencia, equilibrio y amplitud. Todo ello, con el mayor movimiento posible. Y cada año, seguro que por casualidad, hay alguna fórmula que predomina. Este año son las parejas de super-ninots. Dos payasos, chico y chica de época, enfermo y enfermera, bailarines... es el año de los dúos, que permiten llenar bien los espacios e interactuar entre sí.

Esta es una de las características de los proyectos presentados ayer por la Federación de Sección Especial. Y si la característica es de composición de los monumentos, quiere decir que lo más destacable no es negativo. No se aprecia un descenso de calidades por las evidentes apreturas económicas. Está claro que esto no es lo de hace cuatro o cinco años, pero las comisiones participantes no escatiman. No hay ninguna que dé la sensación de estar en las últimas. Otra cosa es cómo cuadren luego los presupuestos, pero lo que plantarán en la calle da la sensación de ser de plenas garantías.

El escalafón quedó muy marcado el año pasado, con tres grandes: Convento Jerusalén, Almirante Cadarso y Nou Campanar. A los que se unió, una vez dado el resultado, Cuba-Literato Azorín. Todas ellas pusieron tierra de por medio respecto a las demás, ya que la siguiente clasificada, l’Antiga de Campanar, iba con evidente inferioridad económica y su monumental éxito fue la recompensa a la imaginación.

Las que quedaron descabalgadas de los puestos de honor, sobre todo Pilar y Sueca-Literato Azorín, cambian de artistas para recuperar el terreno perdido.

Luego está el caso siempre especial de Na Jordana, que este año da la sensación de jugar a algo menos arriesgado de cara al jurado popular, pero cuya arma no dejará de ser la originalidad: es raro que no salven el año.

Exposición sufrió el bajón económico hace dos ejercicios y Duque de Calabria siempre ha sido consciente de sus limitaciones. Ambos juegan bazas nuevas: la inspiración de la marca Puche y las ganas del debutante Musoles, todo ello en aras de escalar peldaños.

De las diez fallas federadas, cinco cambian de artista respecto al año pasado. Se mantienen los de las cinco primeras clasificadas. Debutarán tres firmas.

Es tiempo de crisis. Las fallas gastan menos que el año pasado (no en la máxima categoría), pero los problemas del día a día están plenamente presentes en los hilos argumentales. Uno de los que mejor lo reflejan es el proyecto de Nou Campanar. «Con lo que hemos sido», la falla más cara de las participantes con 400.000 euros, representa a una familia inglesa con sus mayordomos y chambelanes, reflejo de una opulencia que tardará en regresar.

Entre las claves argumentales más originales vuelve a sorprender l’Antiga de Campanar, que se hace eco de las profecías de que en 2012 se acabará el mundo.

Quizá porque las próximas serán las últimas fallas de la historia (si hacemos caso a ese apocalipsis), las fallas de la Federación transmiten muy buenas sensaciones. Entre los participantes

—que, por supuesto, emplearán estos días más para mirar los posibles defectos del rival que los propios— se expresaba la chanza: «nosotros plantamos la falla de 2012 y la de 2013». «Pues nosotros, la de 2012, 2013 y 2014».

Los que quieran sacar sus propias conclusiones, o dejarse asesorar por los expertos, podrán hacerlo hasta el 1 de noviembre.

A la vez, la Federacion ha estrenado una página web, bajo el nombre vivelasfallas.es, que se convertirá en una nueva herramienta para estar al tanto de la actividad festiva.