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El escultor y presidente del Círculo de Bellas Artes de Valencia, Alfonso de la Ossa Alcántara, ha decidido popularizar el verdadero rostro original de la imagen histórica de la Virgen de los Desamparados, esculpiéndolo en madera y escayola, iniciativa que ha tenido buena aceptación por los amantes del arte y devotos de la Patrona de Valencia.

Alfonso de la Ossa y Alcántara, catedrático de la Escuela de Arte y Diseño y profesor de la Facultad de Bellas Artes, es, además, presidente del Círculo de Bellas Artes. Durante veinte años fue discípulo del escultor Octavio Vicent, hijo de Carmelo Vicent, y heredó del artista una mascarilla del rostro de la histórica talla de la Verge, antes de que fuera destruido en la pasada Guerra Civil.

De la Ossa es partidario de que a la imagen de la Virgen de los Desamparados se le devuelva el verdadero rostro que ha tenido siempre, el cual no pudo ser recuperado en las dos restauraciones que se hizo de ella tras los avatares del conflicto bélico, en que su templo fue asaltado, saqueado e incendiado, quedando afectada también la venerada talla de la Verge.

La propia Universidad Politécnica que ha llevado el peso mayor de la restauración de la Basílica de la Verge, a punto de concluir ya tras diez años de trabajos, tiene un estudio y proyecto para restaurar la imagen de la Verge, sobre el que la Iglesia aún no ha hecho público su parecer y en caso que fuera afirmativo quién la restauraría si la Universidad o algún taller privado.

Una de las dudas que tiene la Iglesia es si la gente aceptaría que se le cambiara la cara, tal y como la tiene ahora, que es obra de Carmelo Vicent, quien la hizo después de que no gustara la cara que le dejó José María Ponsoda, en la primera restauración de postguerra. Ninguna de las dos caras se parece en absoluto al rostro original de la Verge, que contemplado en fotos antiguas figura la cara de una imagen gótica, de estilo borgoñón. Dicha cara es de una mujer joven y con leves rasgos orientales en sus ojos, como corresponde al estilo de las esculturas de su orden.

La cara de la talla de la imagen Peregrina, obra de Octavio Vicent, se asemeja más al verdadero rostro de la imagen histórica antes de sus destrucción, y es la que más se conoce, pues es la que siempre está más cerca del pueblo, por lo que este temor cabría descartarlo, máxime si de la restauración se hiciera una explicación didáctica a la gente.