Paco Varea, Valencia

Una de las novedades más importantes de la obra es que tiene uno de los datos escritos más antiguos sobre las fallas y, además, lo firma y escribe por vez primera un español, José Calasanz Viñegue, y lo escribe en la ciudad de Cáceres.

Solaz, propietario de una de las bibliotecas privadas más extensas sobre la ciudad, ha explicado que "inicialmente pujé por tratarse de una obra donde creía que se describían los centros religiosos de la ciudad. Cuando gané en la puja celebrada en el local madrileño de El Remate y me llegó la obra a mi domicilio comprobé, con agradable sorpresa, que era un libro sobre las celebraciones festivas de ese año".

El escritor valenciano, autor de libros como "Marítim" y "Guía de las guías valencianas", va a poner el libro a disposición del edil de Fiestas del Ayuntamiento de Valencia, Félix Crespo, para realizar una opúsculo o un libro. "Estoy dispuesto a realizar altruistamente la transcripción con su estudio para utilizarlo los investigadores y curiosos de las fiestas", dijo Solaz quien espera que su ofrecimiento sea aceptado.

La obra de Viñegue está fechada en Cáceres y su contenido se puede leer sin problema. El autor relata a través de 90 páginas los pormenores de las festividades que tienen lugar en la Catedral, en las 14 parroquias y la castrense, en monasterios, iglesias, conventos, hospitales, hospicios y ermitas. El libro fue propiedad de una persona bajo las iniciales M.S, como figura en el lomo de la encuadernación, y del Marqués de Fuensanta del Valle.

Solaz se ha preocupado de investigar sobre quien es el autor y hasta ahora sólo ha podido averiguar que también hizo otro libro sobre Zaragoza y presentó en la Academia de Historia de Madrid. El propio autor relata que lo escribió durante los casi dos años de permanencia en Valencia pero, como apunta Solar, se desconoce si era un clerigo, un jesuita y cuales fueron los motivos de pasar en Valencia más de dos años y medio de desdichas y sufrimientos. Y sobre las causas de datar la obra en Cáceres una pudiera ser transcribir a limpio los apuntes en esa ciudad extremeña.

Entre los apartados festivos que se relatan destaca una desconocida feria de jueguetes, la procesión del Corpus, el torrat, las fallas, los altares de San Vicente; la víspera de la Ascensión y las fiestas de calles o los adornos colocados por los confíteros el Nou d' Octubre en honor a Sant Donís además de la semana santa de forma muy escueta.

La explicación sobre las fallas refleja la existencia de dos grupos de monumentos: donde hay ninots hechos con trapos y paja, o sea los más humildes, y los ataviados con vestigos elegantes a la moda de la época. Los monumentos tienen décimas o versos colocados alrededor de la falla y la crítica era mordaz en especial a los matrimonios y novios, según apunta el autor. En aquella época eran los carpinteros los autores de las obras ayudados por otros artesanos. Ya en ese momento Viñegue preguntó por el origen de la fiesta pero nadie supo razonarle.

La feria de juguetes es la Feria de Navidad que se celebraba en la plaza de San Francisco con lo cual sería la primera información detallada de una feria de estas características antecesora de los certámenes de jugueteria. De los altares vicentinos cita al del Mar, el Mercat y el del Tossal.