Una boda real no es una ceremonia cualquiera, por eso todos los invitados al evento del año recibirán en los próximos días una lista de normas que se deben cumplir ese día. Mucha puntualidad, vestir acorde, pocos abrazos a sus majestades y ningún teléfono móvil son algunas de las detalladas exigencias que deberán cumplirse a rajatabla.

La ceremonia nupcial del Príncipe Guillermo de Gales y la señorita Catalina Middelton tendrá lugar el próximo 29 de abril a las 11 de la mañana en la Abadía de Westminster.

A la boda acudirán miembros de la realeza, personal militar, diplomáticos, familia y amigos de la pareja. Comprensible es que todos los invitados no conozcan todas las normas que se deben seguir para asistir a una boda de este nivel, por eso desde palacio harán llegar una lista de pautas para poder seguir correctamente las reglas protocolarias.

En primer lugar, los invitados deberán ser puntuales. Normalmente a una boda se debe llegar 20 o 25 minutos antes de la hora prevista, pero al tratarse de una boda real este margen exige que sea mayor.

Otra regla que jamás se podrá incumplir será tocar o abrazar a la reina Isabel II, los saludos con la realeza no se hacen cariñosamente sino que cuanta más lejanía y elegancia se tenga más se acertará.

Para asistir a la boda de los futuros Reyes de Inglaterra se debe cuidar mucho el atuendo. Las mujeres están obligadas a lucir vestidos, estos pueden ser de cualquier color, menos el blanco -color exclusivo de la novia-. Además deberán llevar tocado o sombrero.

Por su parte, los caballeros deberán elegir entre lucir un traje de chaqueta, un chaqué o un frac. Donde no habrá donde opción será en el sombrero, todos deben lucir un sombrero de copa.

Los ingleses saben eso de que es mejor prevenir que curar, por ello han advertido a sus invitados: los teléfonos móviles no podrán entrar a la Abadía de Westminster. Con ello quieren evitar que los asistentes actualicen sus estados en Facebook o Twitter contando detalles del enlace. Posiblemente, con esta estricta norma quieren asegurarse la exclusiva que ocupará todas las portadas de los periódicos y revistas mundiales.

Las normas no se acabarán tras la ceremonia, los 600 invitados que posteriormente disfruten de la recepción en el Buckingham Palace deberán seguir manteniendo su compostura. Los encargados de que la boda real salga perfecta han pedido precaución con las bebidas alcohólicas, no quieren que ningún invitado este ebrio ante la familia real.

Con una lista tan interminable y exigente, los gerentes de la organización dejan constancia de que la boda del próximo 29 de abril, no es un enlace cualquiera, es el día de los futuros Reyes de Inglaterra.