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Apuntalan el campanario de Sant Dídac de Alfara por el riesgo de derrumbe

Los técnicos han detectado grietas en la parte superior de la torre de la iglesia - El antiguo convento del s. XVI está abandonado y tapiado para evitar el acceso

Apuntalan el campanario de Sant Dídac de Alfara por el riesgo de derrumbe

El Ayuntamiento de Alfara del Patriarca ha iniciado las obras para consolidar el campanario del convento de Sant Dídac, una construcción del siglo XVI en la que se han detectado grietas que ponen en peligro su estabilidad. Aunque de momento no ha habido ningún desprendimiento, el concejal de Cultura, Manuel (...) sí advirtió ayer a Levante-EMV que el riesgo de que el edificio continúe deteriorándose, e incluso que pudiera haber algún derrumbe, es evidente. Para evitarlo, el consistorio que es el propietario del edificio solicitó la ayuda de la Diputación de Valencia, que aprobó conceder una subvención de 35.000 euros de su programa de ayudas para la conservación de bienes inmuebles de la provincia de Valencia que posean valores históricos, artísticos o de interés local.

Las obras se iniciaron el pasado mes de mayo y en ellas se está interviniendo principalmente en la parte superior del campanario, donde los técnicos municipales detectaron el mayor número de grietas y problemas estructurales. De momento, toda la torre de la iglesia ha sido apuntalada y cubierta con una malla y se ha cortado el acceso en los alrededores del templo.

Cabe recordar que desde 2012 la antigua iglesia del convento de Sant Dídac de Alfara permanece completamente tapiada al no poder el ayuntamiento costear los más de 6 millones de euros que podría costar su rehabilitación, y evitar a la vez la entrada de personas que provocaran destrozos en su interior, como ya había sucedido en los últimos años.

Cuando este complejo religioso que incluía la iglesia junto al claustro y las dependencias de los monjes franciscanos construido a finales del siglo XVI en plena huerta pasó a manos laicas en el siglo XIX, quedó integrado dentro de la fábrica de fósforos El Globo, que con el tiempo pasó a depender de Fosforera Española y, en última instancia, de la multinacional Swedish Match.

Durante ese tiempo, y hasta que la fosforera cerró en 2005 para impulsar en sus terrenos un proyecto urbanístico, la iglesia y lo que quedaba del convento fueron usados, principalmente, como almacén para maquinaria y como vivienda de trabajadores. Por ello, el actual estado del edificio es poco menos que deplorable y lo más alejado a la imagen que debería tener un valioso monumento.

Actualmente, la iglesia carece de pavimento en el suelo y de cualquier elemento decorativo, además de que varios tramos del techo están tapados con «uralita». También está techado con este material el claustro, mientras que los dos corredores que los rodean y las estancias están vacias.

La intención del consistorio es intentar conseguir de otras instituciones (diputación o Generalitat) alguna ayuda para evitar que el complejo siga deteriorándose, especialmente el campanario por el riesgo que supondría un posible derrumbe. En todo caso, estas ayudas como la que ahora ha concedido la corporación provincial actuarían como «parches» para evitar que el estado del convento vaya a peor ya que, por ahora, la rehabilitación integral para darle un nuevo uso a Sant Dídac está prácticamente descartada.

Un estudio de viabilidad realizado hace años por el propio consistorio cifró en unos 6 millones de euros el coste de la rehabilitación del histórico inmueble, casi tres veces más que el total del presupuesto municipal. El ayuntamiento logró la titularidad del convento como carga urbanística pero no incluyó en el acuerdo con la urbanizadora ninguna dotación económica para su rehabilitación. La empresa si acordó una dotación económica de algo más de un millón de euros a libre disposición del municipio, que el entonces gobierno socialista local invirtió en la compra de las oficinas de la fosforera, diseñadas por el despacho de arquitectos GO-DB en la década de los sesenta, con la intención de cederlas a alguna institución, algo que tampoco se ha llevado a cabo.

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