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Máquinas del tiempo sobre ruedas

La asociación Classic Motor Club de l´Horta, tras diez años de recorrido, congrega a los amantes de los coches clásicos de Valencia y otras comunidades

Un DeLorean ha estado recorriendo la Serra Calderona este otoño. El coche, considerado por muchos como la mejor máquina del tiempo, contrastaba en medio del paraje natural. La teoría de que Marty McFly y el Dr. Brown, protagonistas de Regreso al futuro, han estado provocando estragos en nuestra era con su invento toma fuerza, ya que esta joya de la carrertera no apareció en solitario: la acompañaban algunos Mercedes, Jaguar, Volkswagen Escarabajo, Mustang y otros llamativos anacronismos que relucían bajo el sol como si acabaran de salir de sus respectivas décadas. Pero detrás de este DeLorean y de todas las joyas clásicas que lo rodeaban no hay ninguna máquina del tiempo, sino la dedicación de los miembros del Classic Motor Club de l´Horta.

Esta asociación afincada en Torrent, que agrupa a 160 miembros y 200 simpatizantes, fue fundada en 2004 por gente joven que denotó poca actividad para los amantes de los coches clásicos en Valencia. «Hay pocas asociaciones como esta „declara Javier Grau, uno de los fundadores del Club„, valoramos más al socio y a la afición que el automóvil que posee». Además, añade que no son una entidad «elitista»: en ella se reúnen desde apasionados del motor sin coches hasta quienes tienen impresionantes colecciones de 70 vehículos.

Además de por la variedad de obras de arte motorizadas, la asociación destaca por su agenda repleta de actividades. La Concentración Ciutat de Torrent, que ha llegado a congregar hasta 180 c0ches, ya va por su IX edición, los socios han coordinado exposiciones como Retro Auto&Moto Valencia y ahora están trabajando para la consolidación del Rally Fotográfico, una nueva tradición que les lleva a recorrer espectaculares paisajes como el de la Serra de Espadà o la Calderona mientras compiten en un juego de preguntas y respuestas. Pero, tal como comenta su fundador, sus encuentros no siempre van precedidos de una gran planificación: «Muchas veces nos organizamos en la víspera para hacer salidas cortas y almorzar». Precisamente, esta unión es la que les hace sentir orgullosos: socios antes aislados que ahora se ayudan y conducen juntos.

Y toda esta actividad les ha llevado a disfrutar de paisajes nacionales „aparte de la sierra, han recorrido toda la Ribera„ e internacionales. Han ido a salones en el extranjero, y algunos representantes del Club han acompañado a sus miembros a comprar vehículos en subastas fuera de España. Las adquisiciones de rarezas y piezas exclusivas les han conducido a Estados Unidos, Alemania, Francia e Inglaterra.

Pero también han recorrido carreteras por causas solidarias. Estas últimas llevaron a varios socios a un rally en Marruecos, donde compitieron en nombre del Club por la donación de material escolar a colegios del sur del país. También han tomado partido en actos similares en Valencia, donde la mayoría suele participar en el Día del Urbano Solidario, que tiene por objetivo dar comida y material educativo.

Estos conservadores de piezas pasadas no guardan sus tesoros en cámaras cerradas. Su filosofía es mostrarlas para que todos las disfruten. Gracias a ello, han conseguido establecer conexiones con la sociedad allá donde han ido. «Todos saben que a finales de noviembre Torrent se llena de coches», destaca Grau. Y, tal como ha observado este fundador, sus particulares máquinas del tiempo no sólo parecen viajar del pasado, sino que, ocasionalmente, también congelan el presente: «cuando nos ve, la gente se queda paralizada, a veces más los padres que los niños».

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