Encarna Prieto, concejala del equipo de gobierno de Benetússer, es una gestora a distancia. Desde principios de febrero, la regidora se ha marchado a vivir a Málaga por motivos laborales, lo que ha generado una situación cuanto menos curiosa en el ayuntamiento: ella organiza y plantea proyectos para sus delegaciones (Cultura, Biblioteca y Juventud), pero sólo puede ejecutarlos por correo electrónico o por teléfono y, desde luego, nada de reunirse con los interesados a no ser que sea a través de videoconferencia.

De momento, la marcha de Prieto no ha provocado problemas en el devenir cotidiano del consistorio «porque las cuestiones más inmediatas, como la feria del libro o la semana de la mujer, las dejó prácticamente cerradas», explica la alcaldesa, la popular Laura Chulià. Además, insiste, «casi habría más problemas si tuviese que entrar otro concejal que no conociese las áreas, puesto que, en apenas unas semanas, habrá elecciones y casi no le daría ni tiempo de situarse». Así que Chulià ha optado por mantener a su edila en el cargo pese a su lejanía y a que ésta «puso el acta de concejal a disposición» del equipo de gobierno.

«De momento puede encargarse a la perfección de sus delegaciones —señala la alcaldesa—; de hecho, todas las mañanas me envía un informe con sus gestiones y, en la actualidad, está incluso mirando presupuestos para adquirir un nuevo proyector cinematográfico para El Molí». Y, en lo que se refiere a los plenos municipales, Prieto también tiene controlado el asunto, puesto que «mensualmente se desplaza a Benetússer para asistir a las sesiones».