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Benetússer revive la pasión de Cristo

Miles de personas se dan cita en las calles de la localidad para asistir a la escenificación de las últimas horas del Nazareno

dramatismo en la representación de la agonía de Jesús de Nazaret.Un soldado romano azota a Jesús mientras el cirineo le ayuda a cargar con la cruz camino del Calvario. f paula morenoEl momento más emotivo: María irrumpe en la comitiva para reencontrarse con su hijo. f m. v.El Nazareno, tras ser azotado y coronado con espinas.Jesús, crucificado en el Gólgota con los soldados romanos y el sanedrín como testigos.Un joven tamborilero desfila con su cofradía durante la representación.La nueva escena de este año, con Herodes Antipas.Cientos de personas se agolparon ayer en las calles de Benetússer para ver de cerca la procesión de la calle de la Amargura. f paula moreno

Bajo un sol de justicia, Benetússer vivió ayer con gran éxito su gran día de la Semana Santa, el de la escenificación de la pasión y muerte de Cristo. La cita, que como es habitual incluyó grandes dosis de dramatismo, comenzó media hora antes de lo habitual para dar cabida a una nueva escena: la presentación de Jesús ante un sobresaliente Herodes Antipas.

Eran las 11.30 horas cuando comenzó el espectáculo en una rebosante plaza de Miguel Hernández, parcialmente ocupada por el monumental escenario romano que se prepara para la ocasión. En él, el Sanedrín exigió a Poncio Pilatos la muerte del Nazareno y se vivió por vez primera el juicio a Jesús por parte de Herodes Antipas y el posterior lavado de manos del pretor de Roma al condenar al reo. Asimismo, fue el lugar donde el de Nazaret fue azotado y coronado de espinas para dar paso, posteriormente, a uno de los momentos más emotivos y esperados: la calle de la amargura hasta el monte Calvario.

La primera de las intervenciones en la estación de penitencia, siempre precedidas por el desfile de las siete cofradías de Benetússer, tuvo lugar a la altura de la plaza de la Xapa, donde el cirineo ayudó a Jesús a portar su cruz para, inmediatamente, encoger el corazón del público con el reencuentro de María y el Nazareno. «¡Hijo mío! ¡Hijo mío!», gritaba ella llorando mientras él caía dolorido y ensangrentado por los latigazos. Unos metros más adelante, se encontró con Verónica, que le limpió el rostro para, ya cerca de la plaza de la Iglesia, caer por tercera vez.

Allí fue crucificado en lo alto del monte Calvario, levantado a propósito para la ocasión, para morir al cabo de unos instantes ante los cientos de vecinos y visitantes que se congregaron ante el escenario. Ya por la tarde, se llevó a cabo el Descendimiento de la cruz y, para hoy, está previsto escenificar la Resurección, que este año incluirá un trueno y un refulgor especial para dar cuenta del milagro.

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