Pese a representar en Mislata al nuevo partido de moda, nadie podrá decir que el candidato a la alcaldía de Ciudadanos en esta localidad de l'Horta Sud es un novato de la política. El pasado martes, Chema González Murgui fue elegido, en asamblea extraordinaria, cabeza de lista de la formación de Albert Rivera, para las elecciones municipales del próximo mes de mayo. Tras su elección, y según recogía en un comunicado, González subrayó que su candidatura «está integrada por algunas personas, las menos, con un bagaje en estas lides pero, sobre todo, por jóvenes sin experiencia política pero muy ilusionados».
Sin duda González Murgui se incluyó entre esos «los menos» con «bagaje en estas lides» políticas. Hasta llegar a Ciudadanos, cuya agrupación local nació el pasado enero, su coordinador y alcaldable ha pasado por otras cuatro formaciones políticas, la última de ellas los (al menos hasta hace unas semanas) rivales naturales del partido: UPyD. Al partido que preside Rosa Díez, Chema González llegó desde el PP, en cuya candidatura por Burjassot llegó a presentarse en las elecciones municipales de 2011, eso sí, en uno de los últimos puestos de la lista (el 19).
Antes que popular, González Murgui fue de Unió Valenciana, formación de la que fue candidato local hasta las elecciones de 2007 (también a nivel autonómico) y con la que llegó a ser concejal en el Ayuntamiento de Mislata, entre 1999 y 2003, cuando apoyó la moción de censura que le quitó la alcaldía al PSPV en favor del popular Manuel Corredera, de quién fue socio de gobierno. De esta forma, contribuyó a quitarle el poder a sus excompañeros de partido, ya que esta trayectoria de tres décadas la inició González Murgui en el PSPV cuando le metió «el gusanillo de la política» el aún socialista Joan Calabuig. «Llegar hasta Ciudadanos ha sido fruto de una evolución —explicaba ayer González Murgui a este periódico— Si el mono no hubiese evolucionado, seguiría siendo un mono».
El alcaldable de C's tiene una explicación respecto a cada paso que ha dado en esta su evolución partidista. «Yo empecé en la izquierda pero del PSPV me fui por su deriva catalanista y acabé en un partido de nacionalismo moderado como era UV. De ahí pasé al PP de la mano de José María Chiquillo, pero cuando se confirmaron los casos de corrupción de Camps y compañía me fui a UPyD». De su penúltimo partido, González Murgui —que actualmente se califica a sí mismo como liberal— reconoce que las propuestas son muy similares a las de C's, «pero UPyD es un partido cerrado y encorsetado y en Cs tenemos capacidad de maniobrar».
