La finca Balsa Blanca de Enguera, que en los años 80 adquirió el Ayuntamiento de Catarroja para cederla a un grupo de madres que luchaban contra la lacra de la droga, ha reabierto de nuevo sus puertas después de dos años cerrado, con un programa piloto para ofrecer rehabilitación en toxicologías exclusivamente a mujeres. La alcaldesa de Catarroja, Soledad Ramón, y el secretario autonómico de Sanitat, Luis Ibáñez, han visitado esta comunidad terapéutica.
Este centro se convierte, por tanto, en un recurso asistencial para el tratamiento de mujeres con problemas adictivos, al que pueden acudir usuarias de toda la Comunitat Valenciana. En estos momentos, el centro atiende a un total de 14 mujeres. Esta Comunidad Terapéutica es única en el territorio autonómico porque, además de realizar un tratamiento integral específico de género, permite que los hijos menores de 3 años puedan permanecer con sus madres durante su ingreso terapéutico. «A partir de esa edad, es desaconsejable que permanezcan en un recurso cerrado, ya que deben seguir su proceso normal de escolarización», informan fuentes municipales.
Un grupo de «madres coraje»
Durante la visita, las autoridades destacaron la «extraordinaria labor social» y recordaron el papel que desempeñaron un grupo de «madres coraje» en los años 80, entre ellas Rosa Culla, quienes sufrieron en sus propios hijos o sus propias familias la drogadicción que acabó con la vida de muchos jóvenes en aquella década.
Fuentes municipales recuerdan como estas mujeres fueron puerta a puerta recogiendo fondos y crearon una entidad, la Asociación l'Horta Sud Prevención y Ayuda al Toxicómano. Inicialmente, el ayuntamiento les había cedido un local en la Casa de Cultura, pero en 1985 se dio un paso más y el consistorio compró una finca en Enguera para entregarla a este colectivo, que ha servido durante más de 25 años como centro de rehabilitación. En el año 1995 el Ayuntamiento de Catarroja hizo una gran inversión para rehabilitar este centro, con obras de mejora que incluyeron la apertura de un pozo de agua potable pues hasta el momento traían el agua con cubas.
Desde los inicios, el centro lo ha gestionado la Asociación L'Horta Sud Prevención y Ayuda al Toxicómano. En la actualidad cuatro monitores y un médico conforman el equipo que se encargan de las pacientes. Y es el Ayuntamiento el que realiza las obras de mejora, reformas, mantenimiento o aquellas para adecuar el centro para que esté en las mejores condiciones posibles.
Hasta 2012 estuvo en funcionamiento, dentro de los programas de la Generalitat Valenciana. Y ahora, ha vuelto a reabrir con este programa piloto, el primero de estas características de la Comunitat. La Conselleria ha licitado el programa, que ahora gestiona la empresa Eulen, y ésta le paga al Ayuntamiento de Catarroja un alquiler por el centro Balsa Blanca.
Treinta plazas
La instalación, «toda una referencia en prevención y curación de adicciones tras 25 años de experiencia», tiene una capacidad para 30 personas, si bien en la actualidad sólo está ocupado por la mitad. Un total de 14 mujeres siguen tratamiento (de unos seis meses a un año) para librarse de diferentes adicciones como la cocaína, la heroína y el alcohol.
