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Vivir junto al Turia hace 4.000 años

Una muestra del Museu de Prehistòria de València recrea las condiciones de vida de los habitantes del yacimiento de Paterna en la Edad del Bronce

Vivir junto al Turia hace 4.000 años pablo ortega

«Llevamos varias jornadas de camino buscando el lugar donde asentarnos. Los campos próximos a nuestra antigua casa ya no son tan fértiles como antes y la familia ha crecido en los últimos años. Mi padre y dos de sus hermanos decidieron instalarse en las tierras del norte, ellos ya estuvieron aquí con el abuelo y saben que hay buenos terrenos de cultivo». La historia está escrita sobre un panel a la entrada de la exposición «Vivir junto al Turia hace 4.000 años». Los protagonistas, las personas que se asentaron en la Lloma de Betxí —en la Vallesa de Mandor (Paterna)— hasta el año 1.400 antes de Cristo.

La exposición, que se encuentra en el Centre Cultural La Beneficència de Valencia, recrea el que fue hogar de cerca de 20 personas durante la Edad de Bronce y relata cómo se vivía hace 4.000 años en la Lloma del Betxí. Durante esta etapa de la Prehistoria, la zona del litoral de Turia estuvo prácticamente desocupada. Sin embargo, hacia el interior — sobre todo, en las comarcas de l'Horta, Camp de Túria y Los Serranos— surgieron numerosos poblados.

Tal y como cuentan ellos mismos en las cartelas que guían la muestra — y en las audioguías que los visitantes pueden solicitar de forma gratuita—, los primeros habitantes de la Lloma de Betxí se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. El relato está basado en las 27 campañas arqueológicas que se han llevado a cabo en la Vallesa de Mandor desde el año 1984 de la mano de María Jesús de Pedro, comisaria de la muestra, junto con Laura Fortea y Eva Ripollés.

Según explica la exposición, «los grupos humanos de la Edad del Bronce tenían un gran dominio de las técnicas de construcción». En el caso de la Lloma de Betxí, de acuerdo con las investigaciones arqueológicas, se construyó un edificio de 34 x 10 metros. La casa se dividía en dos habitaciones dedicadas a actividades diversas «como la molienda del cereal, la preparación de alimentos, el trabajo del hueso o el tejido».

Las tareas que requerían desplazarse o suponían un mayor riesgo eran realizadas por los hombres del poblado. Las mujeres, en cambio, trabajaban en el entorno doméstico. En el interior de la vivienda, los visitantes pueden encontrar la reconstrucción de un telar vertical, un molino de piedra y un completo ajuar cerámico con más de un centenar de vasos, cuencos y ollas.

Una muestra interactiva

Las personas que visiten «Vivir junto al Turia hace 4.000 años» podrán contemplar desde huesos humanos y animales, hasta restos carbonizados de la flora del asentamiento, pasando por utensilios de caza, cocina y adorno. Los visitantes podrán disfrutar de una exposición interactiva en la que tendrán que identificar un cráneo masculino y uno femenino a partir de sus características, calcular cuántos años estuvo la casa habitada, observar con microscopio o tocar los materiales utilizados.

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