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Ocho años al filo del derrumbe

Una comunidad de propietarios de Alcàsser denuncia que su finca tiene desde 2008 «los cimientos cortados y al aire» por una obra que no llegó a ejecutarse en un solar contiguo - Los vecinos exigen soluciones antes de que el inmueble, lleno de grietas, «se venga abajo»

Ocho años al filo del derrumbe

Las 17 familias que residen en el número 3 de la calle 9 d'Octubre de Alcàsser viven con el miedo en el cuerpo desde hace ocho años. Temen que su edificio se venga abajo de un momento a otro «sin que nadie haga nada para evitarlo». Han pedido ayuda al ayuntamiento, han colgado carteles de protesta en sus ventanas y han acudido incluso a los tribunales, pero lo máximo que han conseguido son unos puntales para reforzar los cimientos del inmueble, algo que consideran «insuficiente» cuando no «una auténtica chapuza».

Sus dolores de cabeza se remontan a 2008, cuando una empresa decidió utilizar el solar ubicado en la parte posterior de su finca (una parcela recayente a la calle Santa Teresa) para levantar un nuevo bloque de viviendas. Las máquinas excavaron el terreno para ejecutar los cimientos y se toparon con parte de los soportes del inmueble contiguo, el de la calle 9 d'Octubre. «El constructor debería haber respetado la parte de nuestra finca pero, en vez de eso „cuentan los vecinos„, cortó las zapatas de cimentación», lo que dejo el inmueble «prácticamente en el aire».

La situación tal vez no habría pasado a mayores si se hubiese levantado el bloque proyectado, pero éste no llegó a hacerse y la finca contigua se quedó con los cimientos en el exterior. «Antes estaban cubiertos con la tierra de la parcela, pero al hacer el agujero para el edificio, los dejaron al aire y así se han quedado durante ocho años», protestan los residentes.

Desde entonces, aseguran, los movimientos de su edificio han sido «constantes», tanto que en este tiempo «se han abierto grietas enormes en las paredes del portal y en los rellanos». En la actualidad, esos desperfectos no son apreciables a simple vista porque recientemente «un vecino se encargó de taparlos para adecentar la finca de cara a una celebración familiar». Pero, según los vecinos, los daños son de tanta importancia que «en algunas grietas cabe hasta la mano y, en varios tramos de escalera, los escalones se han desplazado hasta tres o cuatro centímetros».

Ayuda municipal

Dado que la situación del edificio era «cada vez más grave», la comunidad de propietarios decidió acudir al Ayuntamiento de Alcàsser para que éste se ocupase de su caso y «actuase de modo subsidiario si la empresa no quería arreglar el daño que había causado en los cimientos».

La alcaldesa, Reme Avia, promulgó entonces dos decretos en los que exigía a la constructora que interviniese y retornase la cimentación de la finca vecina a su estado original. Puesto que el empresario no acababa de hacerlo, el consistorio solicitó permiso judicial para acceder a la parcela y reparar de manera subsidiaria.

Pero, tras conseguir en 2010 la autorización del juez y cuando el ayuntamiento ya estaba a punto de licitar las obras, la firma se comprometió a actuar para arreglar los daños. «Llegaron y lo único que hicieron fue poner un par de placas de refuerzo en los cimientos y algunos puntales a modo de contrafuertes», explican los vecinos.

De eso hace ya un lustro y «nada ha cambiado en el edificio», que «sigue con los cimientos en el aire» y con «constantes movimientos» que provocan «muchas grietas, sobre todo en la parte trasera de la finca», la recayente al solar en obras. La comunidad de propietarios ya no sabe ni dónde acudir „sigue insistiendo al ayuntamiento para que intervenga y dé solución al problema„, pero está segura de que «si nadie hace nada, más pronto que tarde la finca se nos caerá encima y, entonces, todos tendrán responsabilidad aunque ya será demasiado tarde».

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