José Almudéver, uno de los últimos brigadistas internacionales vivos (si no el último), se ha convertido ya en la memoria de la Guerra Civil por sus constantes charlas sobre la contienda —estos días cuentas sus vivencias en los IES de la comarca—, por narrar incansablemente sus experiencias durante aquel período bélico y, desde ahora, por dejar reflejadas sus vivencias en un libro autobiográfico: «El pacto de no intervención. Pobre República». El ejemplar, prologado por Antoni Simó (también de Alcàsser, como el propio Almudéver), ha sido editado por l'Agrupació d'Estudis Locals El Castell d'Alcàsser y será presentado el lunes en Torrent, así como en diversos pueblos de l'Horta e incluso en la Universidad de Alicante.
En el libro, el brigadista desgrana con detalle sus recuerdos desde su infancia, aunque con especial atención y cuidado a los años de la Guerra Civil, así como a los momentos anteriores y posteriores a la contienda. Nació en 1919 en Marsella, aunque su familia procedía de Valencia. Su padre era de Alcàsser, municipio al que Almudéver regresó ya más crecido, con 12 años. Allí fue donde el miliciano acabó enrolado en el bando republicano.
Ya en filas, fue enviado al frente de Teruel y, tras ser herido, volvió a casa. Pero José Almudéver quería participar en la Guerra Civil a toda costa y aprovechó su nacimiento en tierras francesas para entrar en las brigadas internacionales. Fue hecho preso en el puerto de Alicante y que confinado primero en los campos de concentración de los Almendros y Albatera, donde coincidió con el doctor Peset Aleixandre, y en las cárceles de Porta-coeli, la Modelo y Aranjuez después.
