Meliana necesitaba una Mostra Permanent de Belles Arts (MosMel). Y ya la tiene, tras destacar por su importante número de escultores y pintores, a través de los siglos. A finales del XIX hubo varios intentos de unión entre los artistas para poder llevar a cabo este sueño, sin éxito por las diferentes opiniones entre grupos antagónicos. A principios del siglo XX, exactamente en 1917, se creó el primer círculo Círculo de Bellas Artes de Meliana.
La contienda civil de 1936 supuso un paréntesis en la creación artística y sería retomada durante la transición española, en la que se refundó la entidad creándose además el círculo Julio Benlloch. Ahora grandes artistas como Víctor Cardells, Enric Ruiz o Pepe Rausell han impulsado MosMel. Con el apoyo absoluto e inmediata del equipo de gobierno del PP, la Mostra ya es una realidad.
Desde hace unas semanas la localidad luce en el antiguo conservatorio una Mostra Permanent de Belles Arts o Sala de Exposiciones Permanente. Es la primera de la comarca. El escultor Rausell, hijo del desparecido escultor local José María Rausell, junto al pintor Cardells y el también pintor Ruiz han sido los impulsores.
Ruiz asegura que existen obras del escultores como Francesc Coret, que realizó a tamaño natural (escala 1: 1) el San Juan Bautista de Meliana; o de Julio Benlloch, escultor que ganó la segunda medalla nacional de escultura en 1917 y primer premio de la Universitdat de València en el mismo año; así como de Rafael Cardells padre, que «jugaba con modalidades de óleo, silicato acuarela o frescos»; de Victor Cardells hijo o de «un mismo servidor». Ruiz recalcó que «es un pequeño museo interactivo y didáctico, que contiene obras de un gran valor artístico donadas por los propios artistas, sin coste para la arcas municipales y que el alcalde Pedro Cuesta apoyó para llevar adelante desde la primera reunión».
El espacio fue remodelado según las necesidades para la creación de una sala diáfana y con la proyección para dos nuevas fases. La primera fase costa de un total de siete salas, todas ocupadas. La segunda fase albergará, según Cardells, «todos los premios de bienales de escultura y pintura». La tercera comprenderá una «parte material para aquel visitante o artista que viendo la sala quiera plasmar allí al instante cualquier idea o trabajo que se le pase por la cabeza», añadió.
Ruiz concluyó que «queremos que no se convierta en un cementerio de arte, pues sabemos que existen también artistas de otras artes, como la fotografía por ejemplo, que iremos añadiendo. Contaremos también con amigos-vecinos que, aunque ahora vivan en otros pueblos, han pertenecido o vivido en Meliana». Todo un sueño artístico hecho realidad y un proyecto pionero en toda la comarca.
