Tras leer las declaraciones efectuadas por el portavoz de Compromís de Meliana en relación al superávit presupuestario de 2014 del Ayuntamiento de Meliana, me viene a la mente la sentencia: «No hay mayor mentira que una verdad a medias». Este modo de proceder tiene efectos más poderosos que las mentiras, ya que pueden convencer más fácilmente al receptor del mensaje gracias a la parte de verdad aportada.

Por ello es necesario que conteste a esas «mentiras». Atribuye el superávit a la no ejecución de las obras subvencionadas por la Diputación provincial de Valencia (PPOS-Jardín de La Closa-, Plan de Núcleos -Túnel y ciclocalle de Roca-, ?) durante 2014, buscando con ello acabarlas en 2015 con fines electoralistas. Omite informar que dichos planes son bianuales para 2014-2015 y su importe es mayor, lo que en algunos casos ha obligado a procedimientos de contratación más largos. Las obras se iniciaron en 2014 prolongándose en función de su programación, el clima o los días festivos. Pero el mayor error es desconocer que dichas subvenciones no se tienen en cuenta para calcular el superávit de 2014.

A mí me gustaría que todas las obras municipales se hubieran acabado antes porque así los vecinos de Meliana estarían disfrutando ya de ellas. Creo que el rédito electoral se obtiene por la buena gestión diaria, no por hacer obras de última hora.

Compromís atribuye parte del superávit al menor gasto en ayudas sociales, pero omite reconocer que todos los vecinos de Meliana que han tramitando sus solicitudes a través de los Servicios Sociales Municipales y que, según el criterio técnico, debían recibir ayudas públicas del ayuntamiento, las han recibido. Nadie merecedor de la ayuda de este ayuntamiento ha dejado de recibirla. Incluso olvida reconocer que el Ayuntamiento destinó 100.000,00 euros a un plan de empleo; o que ha cubierto las reducciones de la Generalitat Valenciana en las ayudas a los padres de los alumnos de la «escoleta» municipal, a los asistentes a centros de integración y otros. Omite reconocer que las personas incluidas en el plan de empleo conjunto de las tres Administraciones (Generalitat, Diputación y Ayuntamiento) han sido contratadas durante los meses de diciembre de 2104 y enero, febrero y marzo de 2015.

Atribuye el superávit al tipo impositivo del IBI, pero oculta que desde el año 2007 hasta 2015 el tipo marginal que corresponde al Ayuntamiento se ha reducido desde el 0,87 hasta el 0,72. Olvida reconocer que a iniciativa del ayuntamiento se ha producido una revisión parcial de la ponencia de valores, que reduce la base de cálculo del impuesto en las zonas urbanizables pendientes de desarrollo y en las urbanizadas colindantes con éstas, que se verá traducido en algunos casos en rebajas de hasta el 80% de la cuota.

La gestión municipal no se puede ajustar al calendario electoral, el trabajo del día a día tiene su velocidad «de crucero», y no se detiene. Cualquier actuación se lleva desde su inicio hasta su final, aunque se cambie de año en el calendario.

Lamentablemente, debido a actuaciones como la de Josep Riera, la política se ha convertido en un ámbito en el que los vecinos esperan verdades a medias y las declaraciones de políticos rara vez son aceptadas con su valor entero, y eso da pena.