Con un largo discurso, más sentimental que político y que tenía el sabor de los viejos tiempos, el veterano socialista Jesús Ros volvió a asumir la vara de mando once años después, gracias a un pacto de investidura con los cuatro concejales de Compromís y el edil de Guanyant. Ros apeló en diversas ocasiones al diálogo y a la participación, e insistió en que «se han acabado los rodillos de las mayorías absolutas „aunque él las tuvo casi siempre„», las grandes inversiones «incluso en aceras» y «eso de que un alcalde se levante un día y tenga una ocurrencia». Por contra, Ros defendió ayer que el 24M, los ciudadanos «sacaron un montón de tarjetas rojas» porque quieren diálogo y respuestas «eficaces» a sus problemas. Para ello, apeló al trabajo conjunto de todas las fuerzas políticas y le recordó al PP que la transformación de la ciudad comenzó en 1979 «y no hace cuatro días».

Por su parte, el líder de Compromís, Pau Alabajos, dejó claro que él y su equipo se mantendrán en la oposición, y que hubieran preferido votarse a sí mismos pero el empate entre el PP y el PSOE, les colocó en la «situación delicada e incómoda» de tener que inclinar la balanza. Con todo, remarcó que no comparten la etapa de gobierno anterior de Ros (de 1987 a 2004) basada en las privatizaciones, la economía del ladrillo y las grandes superficies, entre otros.

En Guanyant, Jaume Santonja deseó que las fuerzas progresistas «profundicen en la democratización» del ayuntamiento y sean el motor de «la construcción de una renovada sociedad civil».

La socialista Encarna Lerma insistió en que la situación requiere de la colaboración de todas las fuerzas y de una «austeridad bien entendida».

La mujer que ayer tuvo que ceder la vara de mando, la popular Amparo Folgado, defendió punto por punto su gestión en todas las áreas y especialmente las medidas en materia de bienestar social. «No son caridad, las realizamos siguiendo el criterio de técnicos profesionales», recalcó. Folgado aseguró que seguirá trabajando por Torrent.

Enrique Campos, de Ciudadanos, dijo que su partido aspira a que «Torrent sea un referente de servicios» y que gestione sus recursos «que los tiene» de forma más eficaz, además de criticar los «edificios patrimoniales que se caen» en la ciudad.