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Polígono Fuente del Jarro

Ingesa suministra cuadros eléctricos al centro europeo para la investigación nuclear

El CERN contactó con Ingesa Barrachina en 2012 al buscar un proveedor de calidad, al que también se encargó el control de la resistencia del producto

Ingesa suministra cuadros eléctricos al centro europeo para la investigación nuclear

Ingesa Barrachina es una empresa dedicada a las instalaciones y cuadros eléctricos que tiene un cliente de gran prestigio europeo y mundial por su labor investigadora. Se trata de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, conocida por las siglas CERN, y con sede en Suiza. Desde hace tres años la empresa, que posee desde hace más de diez años unas instalaciones de más de 1.000 metros cuadrados en el polígono industrial Fuente del Jarro, suministra cuadros eléctricos a este prestigioso laboratorio de investigación en física de partículas.

José Ramón Barrachina, accionista y miembro de la familia fundadora, explicó a Levante-EMV que el CERN se puso en contacto con Ingesa Barrachina, a finales de 2012, porque buscaba en Europa una nueva empresa que le suministrara cuadros eléctricos conforme a los estándares de calidad que el laboratorio requería, pues el anterior proveedor no cumplía con lo exigido. Ahí encontraron la solvencia de la empresa valenciana ubicada en Paterna.

«Nos expuso qué tipo de trabajo necesitaba de nosotros y tras varias conversaciones se aseguró que el proyecto estaba dentro de nuestras capacidades técnicas y productivas», detalló Barrachina, que añadió que tras varias reuniones e intercambio de información sobre tres modelos distintos de cuadros eléctricos se les encargó fabricar unas muestras, que pasaron las pruebas en las instalaciones de Suiza.

«Una vez comprobaron la calidad de nuestro trabajo y nuestra solvencia técnica, nos pidieron cotización por la fabricación y ensamblaje de los cuadros. La oferta le pareció competitiva en relación calidad/precio y nos firmaron un primer pedido», añadió José Ramón. Así empezó la relación comercial con el CERN, que ahora ya les pide el cuadro eléctrico más complicado, lo que demuestra la «confianza» que tienen en Ingesa Barrachina, que les ha facturado más de 300.000 euros desde 2102 contando con el último encargo de este año.

Incluso el centro europeo para la investigación nuclear les propuso que también se encargaran de realizar dos controles que el CERN realizaba antes de instalar los cuadros eléctricos en el túnel. «En concreto nos pidieron que calibrásemos, bajo unos parámetros muy concretos, la electrónica de los cuadros, para lo cual tuvimos que adquirir instrumentación de la que no disponíamos, pues se necesita calibrar con una fiabilidad rozando el 100%», explica Barrachina, que añade que también realizaron las pruebas de resistencia y durabilidad. Para adaptarse a estas exigencias tuvieron que rediseñar sus instalaciones y adquirir componentes de calidad en su mayoría a empresas valencianas, con un 10 % fuera de España.

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