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La reliquia con más controversia de Silla

Exhiben en la procesión del Cristo un pie de la antigua talla que una niña salvó del fuego en 1936 y el gobierno local lo interpreta como «un ataque a la izquierda»

El último vestigio del antiguo Cristo de Silla, quemado en julio de 1936, ha vuelto a salir a la luz con motivo de las fiestas de agosto, en las que precisamente se celebra el día del Santísimo. La requilia apenas comprende medio pie que una niña salvó del fuego y de la que muchos vecinos ni siquiera tenían noticia. Por eso, defiende la pareja que promovió su procesión (Alberto Doménech y Susi Navarro), se ha sacado de nuevo a la calle, «para que la gente sepa que existe esa pieza histórica y que, antes o después, se donará a la Iglesia».

La revelación, sin embargo, no ha sentado muy bien en algunos sectores de la localidad, que la han interpretado como «un recado de la derecha, un recordatorio de lo que ocurrió en guerra y una especie de aviso de lo que podrían traer las nuevas fuerzas de izquierda que ahora gobiernan el pueblo». Susi Navarro, por contra, asegura que no hay «nada más lejos de la realidad» y que su gesto y el de su marido «no tiene nada que ver con la política». Más bien al revés: «No quiero que esto se politice porque no ha sido nuestra intención al sacar la reliquia», subraya.

Pero, pese a sus palabras, el actual equipo de gobierno local, un cuatripartito formado por el PSPV, Compromís, EUPV y Silla en Democracia, se ha sentido directamente señalado con la exhibición de lo que queda de la antigua talla religiosa. «Hasta ahora ese pie no se había sacado nunca y, curiosamente, lo muestran este año en la eucaristía y en la procesión del Cristo —destaca el alcalde, el socialista Vicente Zaragozá—. Para nosotros ha sido como si quisieran recordar a los vecinos los supuestos peligros de la izquierda, como si nosotros fuéramos a quemar iglesias o algo parecido».

Y es que el ambiente en Silla está más que enrarecido últimamente. Poco antes de que comenzaran los festejos de agosto, el pueblo se vio envuelto en una polémica porque el libro de fiestas no hacía mención al Cristo y porque tampoco se había invitado (como es tradicional) a los tres párrocos del municipio para que elaboraran un saluda festivo. Eso generó malestar entre un sector de la población, que incluso llegó a leer un manifiesto en protesta por la ausencia de la imagen religiosa del programa oficial de celebraciones.

«Gracias» por asistir a misa

Tras esa controversia, lo que sucedió el día del Cristo fue interpretado por el equipo de gobierno como «una clara politización de las fiestas», añade el mandatario, quien confiesa que no le gustó «lo más mínimo» que el vicario episcopal, que ofició la misa aquella jornada, les «diese las gracias por asistir» a la eucaristía. «Dijo que, tal y como estaban las cosas en muchos municipios y con los partidos que formaban el gobierno en Silla, era de agradecer que hubiésemos ido», recuerda Zaragozá. Sin embargo, para él, «nadie» tiene que darle las gracias por ir a misa «porque, al menos en mi caso, la iglesia es mi casa, ya que estoy bautizado y he tomado la comunión».

Luego, en la homilía, volvió a sentirse señalado cuando el vicario episcopal recordó a los feligreses que las fiestas de agosto eran en honor del Santísimo Cristo. «Señor alcalde —dijo—, ¿por qué no pone las fiestas en noviembre si haría menos calor? Pues porque es en agosto cuando es el día del Cristo; por eso los festejos son ahora y no en otro momento, porque están dedicados al Santísimo Cristo», rememora el mandatario, quien destaca que no le sentaron «bien aquellas palabras».

Pero, a pesar de esa interpretación, la pareja que promovió la exhibición de la reliquia insiste en su deseo de desvincular la procesión de la talla —la portaba en una almohadilla una persona que desfilaba delante del Cristo— de cualquier significado político. «Es una pieza histórica que Rosa Gimeno, una vecina, salvó del fuego cuando era niña y que queremos dar a conocer a todo el pueblo, aunque ya la exhibimos hace una década en un escaparate», asegura Susi Navarro. «No hemos sacado la reliquia por nada más —añade—, sólo porque esa mujer es ya muy mayor y, cuando falte, la pieza pasará ya a manos de la Iglesia».

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