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MONCADA

«Si intentamos ir al hospital, Ekaterina nos nace en el coche sin pasar de Rocafort»

Los padres de la niña nacida en el ambulatorio de Moncada reconocen que el personal se portó «maravillosamente» para atenderla en el parto

«Si intentamos ir al hospital, Ekaterina nos nace en el coche sin pasar de Rocafort»

Nicoleta había salido de cuentas el lunes. Estuvo en La Fe, la monitorizaron y la mandaron a casa recomendándole que estuviera tranquila, que todavía no había síntomas de parto. Hasta ahí, todo normal. Pero apenas 24 horas después sí que empezaron los dolores. «Primero fueron cada media hora, suaves. Pensamos que si íbamos otra vez al hospital nos dirían que volviéramos más adelante porque parecía que iba para largo. Pero a las siete y media todo se precipitó. Rompí aguas y los dolores empezaron a ser fuertes y constantes. Por eso fuimos rápidamente al Centro de Salud». Y ahí empezó la peripecia de Ana Ekaterina, que podrá conocer cuando sea más mayor. Le contarán que nació en la sala de un ambulatorio, sin quirófano, sin anestesia epidural y con el buen oficio de la matrona, la pediatra y los enfermeros y auxiliares del centro moncadense, que iniciaron el día de forma trepidante.

Ayer, la niña regresó ya a casa. Ella y toda la familia. El matrimonio formado por Nicoleta Bicoiu y Cristian Ciubotaru residen desde hace once años en Valencia. Ella trabaja de empleada del hogar «prácticamente desde el primer momento en la misma casa». Él lo está pasando peor porque es mecánico y está en el paro. «Ojalá le salga algo pronto». Ana Ekaterina „el segundo nombre, en homenaje a la abuela paterna„ es la segunda hija del matrimonio. Irene ya nació valenciana y a partir de ahora ejercerá de hermana mayor. «Cuando me vio con dolores no hacía más que darme ánimos. "Siéntate, mamá, estate tranquila". Luego le dije que me tenía que ir a "sacar a Ana" y se la llevaron unos amigos».

Una vez repuestos del susto inician una nueva vida. Y ambos coinciden en que lo mejor que pudieron hacer es ir al ambulatorio. «Es que todo vino rapidísimo. Si se nos ocurre ir hacia La Fe, la niña nos nace en el coche y no pasamos de Rocafort». La madre recuerda cómo se revolucionó el centro de salud con su sofocada llegada. «Todos se pusieron en acción. Me sentaron en una silla de ruedas, pero es que venía a toda velocidad. Abrieron la puerta de la consulta de la matrona, me pusieron en la camilla y todo vino muy rápido. La matrona llegó en seguida. Mercedes (Bernardeau) había controlado el embarazo desde el principio y todo salió perfectamente. Igual que la pediatra que estaba de guardia (Pilar García Tamarit) y todos los que allí estaban». Hoy acudirá a tan particular sala de partos a la primera visita, donde seguro que será recibida de forma especial. Cristian apunta que «parece ser que hubo aplausos cuando se acabó el parto. Yo no me acuerdo. Sí que se me saltaron las lágrimas».

Sin tiempo para sufrir

Irene nació con anestesia epidural. La hermana menor, a la antigua. «Fue doloroso, sí, pero es que fue tan rápido que no dio tiempo ni a sufrir. En cuatro empujones, ya estaba fuera», detalló la madre. La nueva vecina moncadense es, según aseguran, muy buen bebé. «Sus noches están siendo muy apacibles. Se está portando muy bien». Y tiene una historia que contar.

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