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Beniparrell pide ayuda a la Acequia del Júcar para atajar los vertidos industriales a l'Albufera

Muchas empresas aún arrojan parte de sus desechos al barranco de l'Alqueria a cambio de pagar un canon al ente hídrico

Beniparrell pide ayuda a la Acequia del Júcar para atajar los vertidos industriales a l'Albufera

El Ayuntamiento de Beniparrell quiere poner coto a los vertidos industriales que periódicamente aparecen en su término y por los que, a menudo, se ve obligado a afrontar importantes sanciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Hasta ahora, todos los desechos detectados, que llegarían hasta l'Albufera por el barranco de l'Alqueria, procedían de empresas asentadas en la localidad, aunque muchas de ellas ni siquiera eran conscientes de que su actividad podía ocasionar problemas al medio ambiente.

Y es que buena parte de las firmas radicadas en los polígonos del municipio (hay cientos) aún vierten su basura más liviana a las canalizaciones de la Acequia Real del Júcar, a la que abonan un canon por este derecho. «Se trata de residuos aptos para la agricultura —explican desde la entidad hídrica— y que no implican daños ambientales». Sin embargo, en ocasiones, también se arrojan sustancias que pueden resultar tóxicas.

Para intentar atajar esta situación, el consistorio ha requerido información a la Acequia Real del Júcar sobre las industrias asentadas en su término que, aún hoy, satisfacen el canon de vertidos. El objetivo, destaca el alcalde, Salvador Masaroca, «no es sancionar, sino controlar de forma eficiente qué empresas podrían ser las causantes de un posible vertido, ya que muchas veces las firmas ni siquiera son conscientes de que están arrojando basura a las acequias».

La inicial ausencia de colectores

Los polígonos de Beniparrell crecieron a un ritmo desaforado a principios de los 80, cuando se asentaron la mayoría de industrias que todavía permanecen allí, aunque muchas ya nada tienen que ver con las originales. En aquellos momentos no existía una red de colectores que recogiese los vertidos de las naves, así que éstas sólo podían eliminar sus residuos de dos maneras: los tóxicos debían entregarse a firmas especializadas, mientras que las pluviales, fecales y otros desechos biodegradables podían arrojarse a las canalizaciones de la Acequia Real del Júcar a cambio de un canon.

Posteriormente, hace 25 años, el Consell Metropolità de l'Horta diseñó y construyó un entramado de desagües para recoger los vertidos de esas y otras zonas industriales de l'Horta Sud. La red de saneamiento canalizaba de manera correcta los residuos y los transportaba hasta la depuradora de Pinedo, donde debían ser tratados.

Muchas de las firmas instaladas en Beniparrell se conectaron a esa malla de colectores, «pero otras muchas no lo hicieron y siguieron actuando como hasta entonces, tirando su basura al canal de la Acequia Real del Júcar» que desemboca en el barranco de l'Alqueria y, de ahí, a l'Albufera, aclaran fuentes del consistorio.

Desde entonces, de manera periódica «y con bastante asiduidad», aparecen vertidos en la antigua rambla. «El peligro —subraya Masaroca— es que esas sustancias sean tóxicas y que, a través de la acequia y el barranco, lleguen a l'Albufera». Lo difícil en esos casos es detectar la industria de procedencia «porque muchas están conectadas a los colectores y apenas tienen un par de elementos que vierten a la acequia», añade el mandatario. De hecho, hace unos meses el ayuntamiento tuvo que remover cielo y tierra para dar con un firma que arrojaba residuos químicos al cauce de l'Alqueria y que, a la postre, provocó la actuación del Seprona y una sanción al consistorio de la CHJ.

Tras una ardua y compleja búsqueda, resultó que la autora era una industria que eliminaba sus desechos a través de la red de saneamiento pero que aún abocaba las pluviales de un patio a la acequia. «Lavaban allí los camiones y los bidones en los que transportaban sustancias químicas —recuerda el alcalde—, que iban a parar al barranco» y, de ahí, a l'Albufera. En ese caso, la firma «ignoraba que ese desagüe no estuviese conectado al colector».

Para evitar situaciones similares, que son relativamente frecuentes en Beniparrell, el ayuntamiento considera que lo «más idóneo» sería saber «cuántas y qué industrias siguen vertiendo» a la Acequia Real del Júcar. Por eso ha solicitado a la entidad dicha información. «Si tuviésemos controladas las industrias que continúan pagando canon, sería más fácil detectar el origen de un posible vertido —señala Salvador Masaroca— y, además, se podría advertir y vigilar a todas las empresas».

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