El Ayuntamiento de Torrent ha puesto en marcha, un año más, con motivo del inicio de curso, el Plan Municipal de Prevención, Detección y Tratamiento del Absentismo Escolar, un conjunto de medidas interdisciplinares que procuran el desarrollo personal y la adaptación social del menor. La comisión técnica encargada de la coordinación del programa ha llevado a cabo la primera de las tres reuniones que se realizan de manera habitual durante el curso. Las funciones de la comisión son coordinar las actuaciones de todos los agentes implicados, evaluar el programa y proponer mejoras, así como derivar casos o realizar la memoria anual.

Los miembros que forman parte de la comisión son la psicóloga del Gabinete Psicopedagógico Municipal, un técnico de Bienestar Social, dos educadoras sociales, un representante de los centros de Educación Infantil y Educación Primaria, dos centros escolares invitados, uno público y otro concertado, los jefes de estudios de los Institutos de Educación Secundaria Obligatoria, Inspectores de Educación de Primaria, Educación Especial y Educación Secundaria, representantes de las AMPAS y un representante de la Fiscalía de Menores. También participa la concejala de Educación y Dinamización Lingüística, Patricia Sáez.

El programa de absentismo está dirigido a los escolares de entre 6 y 16 años de los centros educativos públicos y concertados de la ciudad. Así, se abarca toda la etapa de educación obligatoria. Además, durante la etapa de Educación Infantil se realiza una labor preventiva para tratar de evitar la aparición de comportamientos en etapas posteriores

Protocolo de actuación

La prevención y la detección de casos de absentismo corresponde en primer lugar a los centros escolares. Los tutores de cada curso hacen un seguimiento de las ausencias de los alumnos y las envían mensualmente al Gabinete Psicotécnico Municipal. En el caso de que los técnicos municipales detecten conductas preocupantes en algún menor, lo derivan a Bienestar Social para que de manera coordinada con la familia puedan detectar el problema y hallar la mejor solución.

Una vez el alumno vuelve a acudir de manera habitual al centro escolar, se continúa realizando un seguimiento del caso por parte del centro para evitar que la situación no vuelva a producirse. Como última opción, y en el supuesto de que desde Bienestar Social no puedan conseguir que el alumno acuda a clase, pueden derivar el caso a la Fiscalía de Menores.