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Educación

La saturación del colegio de Rafelbunyol obliga a cerrar el comedor a más alumnos

El consejo escolar decide no admitir a comensales «esporádicos» por haber superado la capacidad

La saturación del colegio de Rafelbunyol obliga a cerrar el comedor a más alumnos

El consejo escolar del colegio Virgen del Milagro de Rafelbunyol, que con sus 936 alumnos es el centro educativo público con más estudiantes de la Comunitat Valenciana, ha decidido no admitir a alumnos fijos-discontinuos y esporádicos en el comedor, por los problemas de capacidad y espacio en las instalaciones.

La capacidad máxima establecida para el comedor del centro es de 128 comensales de Infantil y 150 comensales de Primaria (en total, 278) y actualmente da servicio en dos turnos a 499 alumnos fijos de lunes a viernes, a 27 alumnos fijos discontinuos repartidos en varios días de la semana y 16 alumnos esporádicos. Es decir, 542 alumnos sin contar aún a los becados de segunda convocatoria y los alumnos que han recurrido la resolución en Conselleria.

Según ha explicado la AMPA en un comunicado, la única posibilidad para acoger tanta demanda es ampliar el comedor ya que «las instalaciones y la franja horaria no da para más comensales».

En la reunión del pasado lunes por la tarde a la que acudieron AMPA, dirección del centro, profesores, trabajadores y representantes del ayuntamiento, la única posible solución planteada pasaba por «suprimir y eliminar» otros espacios «educativos» del colegio, algo que ya se ha llevado a cabo para otros fines debido a que el Virgen del Rosario se construyó en 1975 para una población mucho menor que la actual y no hay otro colegio en Rafelbunyol. «Ello fue motivo por el cual se adoptó la decisión por unanimidad de todos los representantes de no admitir más comensales», explica la AMPA en su escrito.

La asociación de padres asegura ser consiente de que la medida del consejo «nos perjudica a muchas familias, pero no podemos ignorar el problema y continuar ampliando el servicio, dada la falta de instalaciones adecuadas».

Cristina Navarro es una de la madres a las que perjudica la decisión del consejo escolar. Cristina está actualmente en el paro, por lo que no puede permitirse asumir el coste del comedor de su hija de seis años. Al mismo tiempo, al no tener trabajo, de momento puede recogerla a diario para llevarlos a comer a casa, situación que cambiará si en un futuro abandona su posición de desempleada. «Entonces no sabré qué hacer con ella porque yo no tengo más familia en Rafelbunyol».

Y es que, tal como recuerda Cristina, muchos padres de alumnos del Virgen del Milagro residen en la localidad desde hace poco tiempo (de ahí el gran número de estudiantes) y no tienen más familia. «Lo mismo ocurrirá si, como la semana pasada, tengo que ir a una entrevista de trabajo y necesito dejar a mi hija ese día en concreto», subraya. Otra situación que Cristina identifica con «incompatible» con el cierre del comedor escolar a usuarios esporádicos es el de los padres que trabajan «dos o tres días a la semana y no les viene bien pagar la semana entera de comedor».

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