La demolición de la masía, una noche del puente de octubre de 2007, provocó un fuerte revuelo en la población, especialmente entre los detractores de Nou Mil·lenni. El colectivo Salvem Catarroja llegó a organizar una acampada durante meses para evitar que la demolición. En aquel tiempo, se realizaron tareas voluntarias de recogida y clasificación de azulejos y numerosas acciones de protesta. El campamento fue asaltado y destrozado. Más allá de confirmar que los dueños no habían solicitado ningún tipo de licencia municipal para derribarlo, el consistorio gobernado por el PP nunca investigó los hechos, ni se supo la autoría y el derribo quedó impune. l. s. catarroja