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Patrimonio

Se vende cartuja BIC por 17 millones

Varias inmobiliarias de lujo ofertan la propiedad del cenobio de Ara Christi, fundado en el siglo XVI en el Puig y declarado Bien de Interés Cultural en 1996. Los dueños niegan la operación

Se vende cartuja BIC por 17 millones

Varias inmobiliarias especializadas en edificios singulares y de lujo ofertan la Cartuja de Ara Christi del Puig de Santa María, construida entre los siglos XVI y XVII y que actualmente se usa para celebrar bodas y eventos y acoger actividades deportivas. Una de estas inmobiliarias marca para este conjunto monumental declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1996 un precio de 17 millones de euros, y lo define como un «excepcional y único complejo de hostelería» y «un patrimonio único con infinitas posibilidades comerciales».

El inmueble pertenece desde 1991 a la empresa Ciudadela de Inversiones, propiedad de la familia Nebot Oyanguren, que ayer negó a Levante-EMV que el edificio estuviese en venta. «De momento, ni nos lo pensamos, porque le tenemos mucho apego a la cartuja y hemos invertido mucho dinero en su rehabilitación», aseguraba ayer Rafael Nebot. En cambio, el director de división de una de las inmobiliarias que ofrece el cenobio llegó a asegurar a este periódico que «se están estudiando varias ofertas». No quiso precisar ni el número de las ofertas recibidas, ni cuántas se están estudiando ni otros detalles sobre posibles compradores. «Es un edificio muy atractivo y con muchas posibilidades», subrayó.

Sobre el precio de 17 millones, el agente comercial indicó que «es el que marca el mercado y es acorde a un edificio tan singular como éste», aunque también reconoció que es menor de lo que hubiera costado hace unos años.

Resaltó el responsable de la inmobiliaria que en los últimos tiempos los actuales propietarios de la cartuja han llevado a cabo una «fuerte inversión» para rehabilitar las instalaciones religiosas (ahora desacralizadas), y resaltó que al ser un monumento BIC, está sujeto legalmente a una serie de restricciones sobre las actividades y actuaciones que se pueden llevar a cabo. «Es un edificio muy singular y quien lo compre lo tiene que tener muy claro», destacó.

Pese a que los propietarios aseguran que la venta no existe, las inmobiliarias sí ofrecen una descripción completa del producto, incluyendo su situación y posibilidades legales. Detallan que el complejo tiene 96.629 metros cuadrados (51.781 en la zona deportiva y 44.848 en la zona sacra) y está compuesto por «la cartuja propiamente dicha con la iglesia, dos claustros, las celdas de los monjes, refectorio y un área de servicios: cocina, portería, hospedería, molino, horno, acequias, graneros, almacenes, establos, corrales, etcétera, además de amplios patios y huertos». La otra zona es de usos deportivos, «con pistas de tenis, piscina, campo de golf, juegos de niños, restaurante y aparcamiento». Al igual que la antigua zona religiosa (la que se usa para bodas y eventos) estas instalaciones deportivas están alquiladas a una empresa externa y también se incluyen en la venta.

La oferta incluye la torre del siglo XVII, la Noria de los Palomos y el Jardín de San Bruno. También se vende el Hotel Casa del Prior, «un pequeño hotel de tres estrellas inaugurado en 2008» y la posibilidad de una «nueva zona hotelera». Esto último es uno de los «valores añadidos» de la venta ya que, según explica la inmobiliaria, el complejo «dispone de licencias tanto de la Consellería de Cultura como del Ayuntamiento del Puig para construir un hotel de cuatro estrellas en la antigua «conreria», compuesto por 56 habitaciones y unos 4.000 metros cuadrados».

«Tanto los edificios como el resto de elementos originales ornamentales, como la Torre Mudéjar del Siglo XVII, la Noria de los Palomos, el Jardín de San Bruno y también los patios y claustros, se encuentran perfectamente rehabilitados y en óptimas condiciones», destacan. Efectivamente, desde que Ciudadela de Inversiones adquirió la Cartuja de Ara Christi en 1991, y en vista a su explotación como negocio de hostelería, ha realizado varias actuaciones de rehabilitación y restauración a cargo del arquitecto Salvador Vila, que es también responsable de la restauración de la Valldigna.

Antes que a Ciudadela de Inversiones, la cartuja de Ara Christi perteneció al Real Automóvil Club de Valencia tras haber sido cedida por el presidente de esta asociación Salvador Benlloch, que a su vez se la había comprado en 1981 al constructor José Llobel Muedra, que la había adquirido en 1975. Antes que a Muedra, el histórico edificio había pertenecido por donación a las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, que lo abandonaron en 1971.

El Real Club fue el primero en intentar explotar la antigua cartuja para usos de ocio y en la década los ochenta adaptó los terrenos como «club de campo», construyendo en las huertas pistas de tenis, cafetería, vestuarios, una piscina, frontones y el parque infantil. Varias de estas obras se realizaron sin los correspondientes permisos, lo que motivó una fuerte sanción por parte de la entonces Conselleria de Obras Públicas. Por contra, la zona religiosa siguió abandonada hasta que se inició su rehabilitación a partir de 1997.

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