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Beniparrell recupera la veleta centenaria de su iglesia

La pieza corría riesgo de caer al estar dañada su base por el óxido de hierro El gobierno local ha aprovechado para instalar un pararrayos en el campanario al ser un lugar de impactos frecuentes

La veleta, ya rehabilitada y, a la derecha, momento del anclaje junto al nuevo pararrayos. levante-emv

Beniparrell es ya un poco más seguro tras haber instalado un pararrayos en el campanario de la Iglesia de Santa Bárbara que, a partir de ahora, salvaguardará a las viviendas del entorno, donde no era extraño que cayesen relámpagos durante las tormentas.

De hecho, hace apenas dos años, una casa próxima a la parroquia se incendió al ser alcanzada por un rayo. La descarga provocó un fuego que destruyó las cámaras frigoríficas de la carnicería ubicada en la planta baja, así como el sistema eléctrico del comercio y del domicilio de la planta superior, aunque no llegó a ocasionar daños personales.

La querencia de los rayos por esa zona de Beniparrell se debía a la presencia de la veleta del campanario, una pieza metálica más que centenaria que actuaba como foco de atracción para los relámpagos. El elemento ornamental estaba muy deteriorado y presentaba un serio riesgo de caída, lo que hace unas semanas obligó al actual equipo de gobierno de Beniparrell a priorizar esta actuación «para acabar con dos problemas que, antes o después, podían suponer un peligro para el pueblo», explica el alcalde, Salvador Masaroca, de Compromís.

Y es que la base de la veleta, una pieza metálica de gran tamaño instalada «desde siempre» como remate del campanario, estaba «totalmente resquebrajada» por el óxido de hierro que había penetrado en su interior. «Existía un riesgo importante de que, un día de viento o lluvia muy intensa, se precipitase desde lo alto de la torre, así que no podíamos dejarla en ese estado», añade el mandatario.

El ejecutivo municipal optó entonces por rehabilitar la veleta y adecuar su anclaje en aras de garantizar la seguridad de los viadantes. Y, «aprovechando que había que alquilar una máquina elevadora para ejecutar las obras —cuyo coste ha sido de cerca de 5.500 euros—», se decidió poner también un pararrayos.

Hasta hace apenas unos años, Beniparrell ni siquiera disponía de un sistema que protegiese a la población de los relámpagos. No fue hasta la construcción de la Casa de la Cultura cuando el municipio tuvo su primer pararrayos, pero el sistema sólo resguardaba a una pequeña parte de la población debido a que tiene un radio de acción de unos 80 m2. Tras el del campanario, el gobierno local ha anunciado que también pondrá otros elementos contra los rayos en el Colegio Blasco Ibáñez y en la zona del ambulatorio para «dar cobertura a toda la población».

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