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Opinión

París bien vale una misa

Esta frase se le atribuye a Enrique de Navarra, el pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar. Desde entonces viene utilizándose en el sentido de la conveniencia. Es decir, para algunos resulta útil renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener realmente lo que se desea.

Y esta frase viene a cuento por mi presencia en la Procesión Cívica del pasado 9 d'Octubre, procesión a la que he asistido con mi familia durante muchos años. Años en los que, en muchas ocasiones, la susodicha procesión se ha visto interrumpida, increpada y maltratada por la presencia de un número importante de «cuatribarradas», portadas, todos sabemos por quien, con el ánimo de mostrar su disconformidad con la enseña valenciana o con la concepción de nuestra Comunitat dentro de la legalidad.

Cual ha sido mi sorpresa al comprobar que este año las «cuatribarradas» habían desaparecido y el interés por «reventar» tan digno acto no era tal, pues aquellos que en otro tiempo exhibían provocadoramente sus enseñas cuatribarradas, hoy portaban la Real Senyera sin que se les torciera el gesto.

Mis compañeros me explicaron que, al parecer, en uno de los últimos congresos que celebró este partido político asumieron la Senyera coronada como símbolo.

Me parece muy bien, pero veo detrás una operación de marketing al más puro estilo de Enrique de Navarra. Es decir, que para ellos Valencia bien vale una franja azul en la bandera, «encara que el fi últim siga formar part dels països catalans».

Por desgracia, este comportamiento de falsedad, de los que piensan una cosa pero actúan de otra, no sólo se produce en el nuevo gobierno del Ayuntamiento de Valencia. En Xirivella, donde soy concejal, también ocurre. Hace unos días presentamos una moción en defensa de la cohesión de España y del Estado de Derecho que no prosperó ya que el PSOE se abstuvo y nos acusó de «involución». Sí se Puede votó en contra tras manifestar su conformidad con el derecho a decidir de los catalanes. Y Compromís, por supuesto, votó en contra aduciendo con ferocidad que ellos no creían que España fuera ni hubiera sido una gran nación.

El mencionado documento no hacía sino reproducir de forma somera algunos aspectos del título preliminar de nuestra Constitución, ni más ni menos? Constitución que ellos han tenido que prometer para ser concejales.

Estas personas son las que rigen el destino de las instituciones en España, país en el que, al parecer, no creen, e instituciones en las que se apoyan, sin mostrar, aparentemente, su verdadero rostro.

Dicen las encuestas que el tema de los símbolos no preocupa pero estas otras cuestiones creo que son de un gran interés. Para ellos, Valencia bien vale una misa.

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