El Ayuntamiento de Burjassot, a instancias de la coalición Compromís, aprobó por unanimidad en en el pleno del pasado martes la creación de la figura simbólica de la «Concejalía 22» para «fomentar la participación, la transparencia y la apertura de los plenos municipales a la ciudadanía». La iniciativa consiste en añadir un nuevo escaño a la bancada de los 21 que conforman el pleno y al final de las sesiones, los vecinos tendrán la oportunidad de ocuparlo para intervenir con derecho a réplica.

La propuesta de la coalición valencianista contó con el respaldo de su socio de gobierno (PSPV) y del resto de fuerzas políticas (PP, C's, EU y Totes amb Burjassot).

Según el texto de la moción aprobada, las personas que hagan uso del «escaño 22» se acogerán a «las mismas normas de disciplina que regula el capítulo correspondiente del reglamento». El portavoz de Compromís y primer teniente de alcalde, Emili Altur, destacó la «necesidad» de poner en marcha este proyecto para «hacer partícipes a las personas que trabajan día a día sobre todas la cuestiones de la vida política» en el ayuntamiento.

El pleno también decidió que el ayuntamiento, «en su compromiso de erradicar el sexismo, la segregación, el acoso y los estereotipos sexuales», no colabore «en acontecimientos, espectáculos o actos públicos en los que esté involucrado el dinero proveniente de empresas que utilicen de forma sexista a la mujer como reclamo publicitario». Así lo decidió también a instancias de Compromís, tras un acuerdo firmado por todos los grupos. La propuesta vino motivada después de que la formación valencianista denunciara el pasado septiembre, el anuncio de un club de «show girls» en el cartel que publicitaba una concentración motociclista „la Espartero Biker„ que organiza la falla Espartero con el respaldo del consistorio. Junto a la publicidad del mencionado club y de otros patrocinadores, se distinguía la colaboración del ayuntamiento en el evento.

Rechazo a la laicidad del Estado

Pero no todo fue armonía en el nuevo equipo de gobierno PSPV-Compromís. Los votos en contra del PSOE tumbaron una moción de Totes sobre el cumplimiento de la laicidad del Estado que, sin embargo, su socio de gobierno, Compromís, votó a favor. En su escrito, Totes hizo constar que los actos públicos oficiales que promueva la corporación deben ser exclusivamente «civiles y sin connotaciones religiosas» y que los actos religiosos no cuenten con representación institucional.