Está durando poco la ilusión que despertaron en Aldaia los resultados de las elecciones municipales y que desalojaron al PP de la Alcaldia. Queríamos cambios reales y más democracia pero parece que no los vamos a tener. Un primer ejemplo: a finales de julio, el nuevo gobierno socialista, sin mayoría absoluta, decidió mantener los festejos taurinos y el alcalde tuvo que comprometerse a consultar al pueblo en el futuro, presionado por las criticas recibidas de muchos vecinos y vecinas.

Y, apenas dos meses después, con una premura que hace malpensar maquinaciones subyacentes, acaba de decretar por Resolución n.º 2332 una «encuesta ciudadana» para noviembre. Encuesta, digamos, peculiar, porque no pregunta el acuerdo o desacuerdo con la celebración de espectáculos taurinos en Aldaia, sino la realización anual de corridas «en plaza» en sólo una parte del municipio y únicamente durante las fiestas patronales, omitiendo que también en el Barrio del Cristo se hacen toros y que en el pueblo hay muchas más festividades y modalidades que las de toro «en plaza».

Tras un primer amago de contar con la oposición para diseñar esta consulta, y ante las diferencias encontradas sobre el enfoque dado a la misma por el alcalde, éste, como mal torero que teme tanto al astado como al público, ha optado por decretar por su cuenta esta encuesta, sin someterla a la consideración del Pleno municipal aunque contemplando utilizar para llevarla a cabo recursos del Ayuntamiento (locales, personal, dietas, propagandas y otros gastos). ¿Qué valentía conlleva no arriesgarse a tomar postura contra el maltrato animal en todas sus manifestaciones? La izquierda siempre tuvo clara esta cuestión.

Esta actuación del gobierno socialista, que ya hemos denunciado legalmente, resulta condenable también por el fraude democrático que supone plantear preguntas trampa (no difiere en mucho contestar si o no, los espectáculos taurinos podrán seguir haciéndose en otras partes de Aldaia, y festividades, y modalidades) y porque, salga lo que salga en la encuesta, el Ayuntamiento no se compromete a cumplirlo. Solicitamos, pues, la retirada de este decreto de alcaldía inaceptable.