Francesc Boltes es, probablemente, uno de los últimos artesanos agrarios de Torrent, histórico del nacionalismo en la ciudad y uno de los vecinos que más se ha implicado en los movimientos sociales, una trayectoria personal y profesional que ahora el ayuntamiento le reconoce al otorgarle el Premio Carta Pobla 2015 en la categoría de Concordia. Es, de hecho, la primera vez que el consistorio entrega uno de estos galardones a un vecino de a pie.
Nació hace más de 80 años en la calle Sant Cristòfol y allí aprendió el oficio de herrero agrícola de manos de su padre. Empezó cuando apenas tenía 11 años y, desde entonces, siempre se ha dedicado a lo mismo pese a la evolución experimentada por el sector agrario. Aún recuerda cómo era la vida en Torrent cuando los agricultores iban a su taller a encargarle herramientas para el campo: «Entonces pasábamos más tiempo en la calle porque ni siquiera había coches salvo el del médico, el boticario y el rico del pueblo», dice.
Luego, con la llegada de la mecanización a los cultivos, Boltes se tuvo que adaptar a la nueva situación „«fue una auténtica revolución», dice„ y consiguió sobrevivir. De hecho, cerró su taller hace apenas unos años debido a una enfermedad y no por la falta de pedidos. «Siempre hemos trabajado mucho y muy bien», asegura. Sin embargo, tiene claro que la artesanía agraria ya casi no tiene cabida en un mundo cada vez más globalizado. «Las piezas hechas a mano tienen más calidad y resistencia, pero las otras son más baratas y, hoy en día „confirma„, la gente se mira mucho el bolsillo».
