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Vecinos de Torrent piden al juez «salvar» a un indigente

El afectado tiene esquizofrenia y malvive en una construcción en el campo ya que rechaza la ayuda del Consell y ha abandonado varios centros

Vecinos de Torrent piden al juez «salvar» a un indigente l. s.

Después de mantener entrevistas con diferentes instancias de la administración pública, un grupo de vecinos de Torrent ha decidido que acudir al juez es la única forma de ayudar a un indigente diagnosticado de esquizofrenia y síndrome de diógenes, que vive desde hace años en una especie de construcción en medio del campo. De este modo, la pasada semana, uno de los vecinos que le lleva comida a diario tramitó un documento en los Juzgados de Torrent en el que pide que se ordenen las medidas que permitan trasladar a un centro a este mendigo «ya que está en riesgo su vida y de esa forma estaría atendido».

El promotor de la iniciativa es un agricultor de Torrent que prefiere mantenerse en el anonimato, quien hace un año tuvo conocimiento de la situación en la que vive este hombre, en una de las partidas rurales del término municipal, ya que tiene sus campos en las inmediaciones.

Según explica, al comprobar que vivía en una construcción sin ventanas ni puertas, él mismo le colocó algún cerramiento y le tapió una parte «para resguardarlo del frío». Posteriormente acudió a hablar con el responsable del Hogar San Martín de Porres de la ciudad, una institución religiosa benéfica que tiene dos puntos de atención en Torrent, donde consiguió un menú diario para el indigente. El agricultor explica que acude cada día con su moto a la caseta donde duerme el afectado y le deja la comida dentro de un depósito.

«No sé qué hacer para ayudar a este hombre pero no puedo estar de brazos cruzados», dice el hasta ahora benefactor. «No es capaz de cuidarse a sí mismo y cualquier día le va a pasar algo. Le hemos detectado andando por la noche con un carro por la carretera, poniendo su vida en peligro y también la de los coches que pudieran pasar. Tiene una enfermedad mental pero no es violento; necesita ayuda», explica.

El agricultor le llevó al médico de cabecera para que le hiciera un reconocimiento y también le ha cortado él mismo el cabello o incluso le ha llevado a una instalación con duchas para que se asee. «La comida la tiene asegurada pero con esto no evitamos que su salud vaya a peor», indica.

El indigente recibe además el apoyo del personal de una gasolinera donde acude, en ocasiones a comprar. «Aquí paga las cosas mucho más caras pero somos uno de los pocos sitios donde le dejamos entrar. Algunos días viene y habla con nosotros; otros se encara a los clientes y dice incoherencias, pero en siete u ocho años que le conozco nunca ha sido violento», asegura el vendedor.

El labrador acudió hace varias semanas a Servicios Sociales del ayuntamiento, donde se entrevistó con el concejal de Atención a las Personas, Francesc Carbonell. «Este hombre se está ganando el cielo. Quedan pocos como él. Fui con él en persona a la caseta y comprobé las circunstancias en las que vive», explica el edil. El caso de este hombre fue abordado por este departamento hasta que «debido a la gravedad», en 2009 pasó a la Conselleria de Bienestar Social. «El problema es que rechaza la ayuda y ha abandonado en diversas ocasiones los centros que le han asignado. A día de hoy tiene capacidad de decisión; hasta que un juez no se la retire, las administraciones no podemos hacer nada». El edil indica que el consistorio está, en este asunto, a las órdenes de la conselleria «que es la responsable de este caso» y de lo que establezca un juez.

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