En l'Horta Sud los municipios reúnen una serie de características favorables para impulsar programas de participación desde la especificidad de la gestión: arraigo asociativo, un gran número de asociaciones de carácter participativo y colaborativo, y en general núcleos urbanos con una población inferior a 50.000 habitantes que pueden facilitar una gestión participativa y de proximidad.

Dado que el contexto económico es ambiguo y el entorno político y social convulso existen iniciativas ciudadanas que reclaman espacios para el diálogo y la reflexión entre ciudadanos y Administración como son la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la iniciativa Alaquàs Participa.

Uno de los mayores obstáculos para implementar instrumentos de gestión participativa no es únicamente la resistencia al cambio por parte de los técnicos municipales sino la falta de liderazgo político y la ausencia de Planificación Estratégica. Como buenas prácticas en el ámbito de l'Horta se pueden destacar las experiencias del Ayuntamiento de Torrent en materia de Administración electrónica, gobierno abierto en Quart de Poblet y procesos de modernización municipal en Picanya.

Adviértase que los partidos políticos son actores sociales que rivalizan por el poder entre sí y con otras organizaciones, véanse la Mancomunidad de L'Horta Sud o la Emtre. En l'Horta Sud son prácticamente los mismos actores políticos los que aglutinan el poder en los procesos de toma de decisiones públicas en la última década y son estos mismos los que en la actualidad están llamados a impulsar una gestión abierta: transparente, participativa y colaborativa.

La importancia de la participación radica en que los ciudadanos y otros actores sociales tomen conciencia de su papel en la toma de decisiones públicas y asuman la exigencia de empoderarse. Los partidos políticos deben de asumir el rol de dinamizadores de la acción política en la que el poder de decisión de los ciudadanos es fundamental para construir relaciones duraderas. También deben de asumir la rendición de cuentas.

La cuenta atrás para la regeneración democrática comenzó en 2011. Con un margen de una legislatura las propuestas políticas para la regeneración democrática se encauzan a través de herramientas innovadoras y creativas de participación desde la especificidad de la gestión: Mislata opinó en un sondeó sobre el futuro de su cuartel militar, en Alaquàs se convocó una asamblea para hacer balance de los 100 primeros días de gobierno y en Aldaia se realiza estos días una encuesta para decidir sobre el uso de los edificios rehabilitados y sobre la las actividades taurinas.

En la actualidad, los ciudadanos son los protagonistas y parece ya caduco el modelo de participación basado en el asociacionismo y, por extensión, en el clientelismo. La comunidad en su conjunto está invitada a participar, a recuperar la virtud cívica de la palabra ciudadanía y, en definitiva, a poner de manifiesto que la regeneración democrática aunque tardía no tiene vuelta de página. Se inicia un camino en el que la extraña pareja, políticos-técnicos, y ciudadanos están obligados a entenderse. El futuro se conjuga en plural, nosotros.