Comenzaba la década de los setenta cuando un grupo de pequeños empresarios de Alaquàs y Aldaia decidió unirse para reivindicarse con fuerza frente a la administración y convertirse en un agente social y económico de la comarca. Era la época en la que la industria de l'Horta Sud estaba dominada por el mueble pero ya empezaba a apuntarse la necesidad de abrir el mercado, diversificar y reivindicar.
«Esta era una zona de Pymes familiares, con recursos limitados y que no podían llegar a ciertas cuestiones a las que sí podía llegar una multinacional. Al unirse para reivindicar más servicios, para encontrar ayudas, para recibir asesoramiento sobre cosas que no dominaban, aquellos empresarios tuvieron una visión de futuro». Así lo entiende Fidel Blasco, presidente de la Agrupación Comarcal de Empresarios (ACE) Alaquàs-Aldaia, que es el nombre que recibió aquella unión empresarial de los 70 y que hoy en día reúne a más de 300 negocios de estos dos municipios y también de Picanya, a cuyos empresarios la ACE ofrece sus recursos y asesoramiento. Del dominio del mueble se ha pasado a una gran diversificación de negocios, con especial importancia del sector agroalimentario. De la pequeña empresa se ha pasado a la «microempresa» (así la define la asociación) de dirección familiar y con muy pocos trabajadores, que conviven con otras firmas más grandes.
Después de tantos años, aquellos objetivos primigenios se mantienen pero las urgencias se han ampliado. «Hoy por hoy el principal problema para los empresarios es aumentar las ventas y abaratar costes —explica Blasco—. Desde ACE nos hemos centrado en ayudar a los asociaciados a abrir nuevos mercados y a mejorar su competitividad a través de la negociación colectiva». La crisis ha empujado a empresarios de Alaquàs y Aldaia a buscar nuevos objetivos fuera de España, especialmente en el norte de África, pero también en latinoamérica, Europa del Este o los Estados Unidos. «Los últimos han sido años muy duros —asegura el máximo representante de ACE. Se han cerrado muchas empresas y el 97 % de los casos han sido cierres patronales».
Por eso, mientras que en crisis anteriores cuando cerraba una empresa surgían otras cinco a cargo de los propios trabajadores, ahora cierran cinco y sólo se abre una. Y muchas de ellas no han llegado al año de vida». Y los que han sobrevivido actúan ahora con mucha cautela, por no hablar de miedo. «Pero ahí está ACE, para asesorar y ayudar a que el empresario no se quede atenazado», subraya Blasco. Pese a todo, la dirección de ACE asegura que las empresas que están sobreviviendo a la crisis «se están consolidando» y que entre los miembros de la agrupación «no hay tanto pesimismo como antes».
