El vecino discapacitado de Meliana que hace unas semanas reivindicó con cientos de pegatinas un municipio sin barreras arquitectónicas ha mostrado su descontento de nuevo por las primeras obras que se están realizando.
Como adelantó Levante-EMV, Juan Miguel Salinas no se da por vencido. El consistorio, después de ver sus más de cien puntos marcados con las pegatinas exigiendo rampas o pasos para discapacitados, le aseguró que «se encargarían de un estudio global de accesibilidad en la población para comenzar un plan paulatino de eliminación de estos obstáculos».
Ahora Salinas, que está «vigilante» ante esta promesa, ve que en los puntos con más barreras arquitectónicas como el ayuntamiento o la policía, que son dependencias públicas, «no se ha hecho nada cuando la ley lo exige». «Ni siquera han puesto unas tiras o algo para que una de las rampas que existe cercana no resbale», se queja el vecino, al tiempo que reclama que la primera obra debería ser precisamente esa.
La única obra que han comenzado tampoco le ha gustado porque «el bordillo de la acera está más alto que la calle, lo que apunta a otra chapuza». Cree que el anuncio fue para silenciar sus criticas.
