El gesto de la diputada del Congreso Carolina Bescansa dando de mamar a su bebé en la Cámara baja estaba sin duda en boca de las madres que acudieron a la sala de lactancia de la Casa de la Dona de Mislata. Una de las pocas localidades de l'Horta que tiene un espacio público para poder dar de comer y cambiar a sus bebés, y prácticamente la única que puede presumir de tener tres cuando se abran las otras dos salas de lactancia anunciadas por el gobierno local en La Fábrica y en el centro de servicios sociales.
Una sala a la que acudió ayer Amalia Guanter y su hijo de dos meses Tomás para darle el pecho. Ella asegura que nunca ha tenido problemas en dar el pecho en espacios públicos, pero teme el día en el que se tenga que reincorporar al trabajo. «No entiendo porque la OMS recomienda lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida y nosotras solo tenemos una baja de cuatro meses», señala. En ese sentido considera «muy bueno» el gesto de la diputada de Podemos. «Está claro que lo hizo como un gesto cara a la galería pero es bueno que vuelva a poner el debate sobre la mesa».
Olga Silla da el pecho en tándem, es decir, a la vez a sus hijos de 4 y 18 meses. Ella se ha tenido que pedir excedencia ante la imposibilidad de conciliar su vida laboral y familiar sobre todo ante la imposibilidad de dar lactancia a sus hijos. De ahí que se haya involucrado personalmente y sea la responsable del taller de lactancia de la asociación Amamanta en Mislata. «Tener esta sala está superbien, apoya la lactancia materna puesto que hay mujeres que tienen una lactancia complicada y necesitan un sitio como este».
Olga asegura que ha seguido con detenimiento lo que pasó en el Congreso de los Diputados con la presencia del hijo de la diputada Bescansa. «Me parece muy bien. Ella aún tiene serte de poder llevar a su hijo al trabajo, nosotras ni eso», señalaba. En ese sentido cree que puede haber un cambio en la concienciación política: «A nivel social te das cuenta que las mujeres en puestos relevantes alardean de que no han dado pecho o que se han cogido menos día de baja», y recordaba los casos de otras políticas como Soraya Saenz de Santamaría (PP) o Susana Díaz (PSOE).
Sin embargo, aunque se ha vuelto a generar debate, Olga cree que lo de la conciliación familiar y laboral es una utopía. «La conciliación no existe. Aquí tenemos 16 semanas las madres y solo 15 días los padres, debería aumentarse también para poder estar los dos juntos más tiempo con el bebé».
Un debate en el que también se sumaron la jefa de la sección de la mujer, Agnes Talaya. «Sinceramente creo que lo que hizo Bescansa tiene un efecto rebote. Por una parte visualiza el problema de la conciliación familiar, pero por otra muestra los privilegios que tienen las diputadas de poder llevarse a su hijo al congreso, algo que yo como funcionaria nunca he podido hacer. Y eso, la verdad es que da rabia».
Una posible cuarta sala
Aparte del debate, Talaya se alegra de la buena aceptación que ha tenido la sala de lactancia, tanto que permitirá la apertura de dos salas más en Mislata, en La Fábrica y en el centro de servicios sociales, incluso se está estudiando la posibilidad de abrir una cuarta sala en el consistorio. Una idea que surgió por parte de la edil de Igualdad y Mujer, Carmela La Peña. «Queríamos que vinieran mujeres más jóvenes a la Casa de la Dona, y un día vi que una madre se escondía bajo las escaleras para dar de mamar a su hijo, y otra para cambiarle el pañal, y me dije que esto había que solucionarlo», señalaba orgullosa la edila, quien se tuvo que marchar rápidamente a recoger a su nieta del colegio. «Si hubiera conciliación se encargarían sus padres y no yo de tener que recogerla, aunque Bescansa podría haber dejado a su hijo en la guardería por un día».
