La inspección de Patrimonio de la Conselleria de Cultura instó ayer, de forma verbal, a suspender la obra que tenía que comenzar a ejecutarse en las calles Santa Ana, Mare de Déu del Rosari y Sant Antoni de Padua, situadas dentro del área de protección del centro histórico de Torrent, en las que se iba a cubrir el adoquinado antiguo con otro de hormigón, en algunos tramos, o directamente con acabado de rodadura, en otros. Un técnico de este departamento de control de la conselleria advirtió al consistorio de que esa intervención no podía realizarse sin el visto bueno de Patrimonio, al considerar que el adoquinado de esas vías está protegido.
De hecho, según consta en el apartado de «Inventario de Elementos Etnológicos» del «Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Centro Histórico de Torrent», que el pleno aprobó en 2013, el pavimento de adoquines de seis calles —Sant Antoni Abad, Sant Joaquim y Sant Miquel, además de las tres anteriores— está considerado como Bien de Relevancia Local y específicamente como «Espacio etnológico de interés local» con protección parcial.
Este documento fue aprobado provisionalmente por el pleno y sometido a información pública para que los interesados alegaran. Con todo, no se acabó la tramitación y aún está pendiente la aprobación definitiva. Expertos consultados indican que, mientras no exista el visto bueno de la Comisión Territorial de Urbanismo, se considera vigente el documento aprobado por el pleno.
Respecto a la obra que iba a realizarse, forma parte del paquete de reformas en calles que el ayuntamiento acometerá desde esta semana, con cargo al último plan de inversiones de la Diputación de Valencia. El proyecto consistía en la reforma de las tres calles para que las aceras y las zona de tráfico rodado queden a una misma altura —plataforma única—, de forma que sean más accesibles a los vecinos. En el caso de Sant Antoni de Padua, se iban a colocar baldosas de hormigón en el espacio para las aceras y material con acabado de rodadura en la calzada, que cubriría el adoquinado histórico. Respecto a las otras dos vías, el proyecto implicaba sustituir todos los elementos existentes —aceras y adoquinado— por adoquín prefabricado de hormigón, además de intervenir en la red de pluviales.
La concejala de Urbanismo, Inma Amat, defendió ayer que la obra tiene como objetivo mejorar la accesibilidad y las condiciones de las calles. Y sobre la supresión del adoquinado histórico, indicó que los técnicos municipales tienen un criterio diferente al de la conselleria ya que «aunque se aprobó un catálogo en 2013 y se presentaron alegaciones, por alguna razón que desconocemos el anterior gobierno, desde la concejalía de Urbanismo, remitió finalmente a Patrimonio en 2014 un documento modificado, donde el adoquinado no está protegido, y sobre ese están trabajando los técnicos municipales».
Aunque todo indica que ese segundo documento nunca pasó por el pleno, el ayuntamiento defiende su vigencia. «Con todo, hemos ordenado que se pare la obra hasta mantener una reunión con Patrimonio, enseñarles el proyecto y ver qué opinan. Si tenemos razón, seguiremos adelante, pero si la conselleria considera que no podemos hacer esa reforma, modificaremos el proyecto», aseguró la concejala.
Los operarios dejaron de trabajar ayer a media mañana aunque reemprendieron la actividad por la tarde para realizar una única cata en la que levantaron un trozo de adoquinado.
