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Albalat dels Sorells

Denuncian a una médica por negarse a recetar la alimentación vital de una anciana

La familia no puede costear los 500 euros mensuales del tratamiento y sólo le quedan batidos para otros seis meses

Denuncian a una médica por negarse a recetar la alimentación vital de una anciana

La familia de Mª Josefa Pardo asegura estar viviendo una «pesadilla incomprensible». Desde hace ocho años esta anciana de 85 años, encamada desde hace 20, se alimenta a través de unos batidos hipercalóricos ingestados a través de una sonda PEG, un tubo de alimentación que se inserta quirúrgicamente a través de la piel del abdomen hasta el estómago.

Batidos indispensables para mantenerse en vida y que se niega a recetar ahora su médica de cabecera del centro de salud de la Albalat dels Sorells desde hace tres meses, según ha denunciado la hija de la paciente, Claudia Vázquez, quien ha presentado quejas formales en la Conselleria de Sanitat, en el Prop de Sagunt, en el Colegio de Médicos de Valencia y en el centro de salud de la propia población.

Esta vecina de Albalat asegura estar «desesperada» porque solo le queda alimentación para seis meses y sin prescripción médica no puede costear el tratamiento que asciende a 500 euros mensuales. «Cada caja lleva 24 batidos y mi madre usa cinco cajas al mes», explica Claudia, quien reconoce que si ahora tiene alimentación es porque directamente acudió a su endocrino del Hospital Clínico de Valencia. «Me presente allí , le conté todo y le dije que necesitaba ya los batidos o mi madre se moría de hambre», afirma.

Todo empezó hace tres meses cuando una nueva médica de cabecera apareció en el centro de Albalat dels Sorells para sustituir a un médico ya jubilado. Claudia, como siempre hacía con su anterior doctor, acudió a la cita para pedir a la médica que le certificase el visado necesario para este tipo de batidos con la intención de poder recoger al día siguiente la receta llamada popularmente «de crónicos» porque tienen una vigencia de más larga duración para pacientes con enfermedades crónicas.

Peregrinación por los centros

Pero la médica le remitió al inspector médico del centro de especialidades Pedro Porta de Valencia. «Una vez allí el propio inspector me dice que es la médica de cabecera la que tienen que emitir la petición de dicha alimentación al servicio de nutrición del Hospital Cínico y no a Padre Porta», asegura Claudia Vázquez. Dicha información dio lugar a repetidos desplazamientos desde el Centro de Salud de Albalat, al Centro de Salud de Foios, al de especialidades y al Hospital Clínico. «Lo peor es que mientras tanto mi madre seguía sin recibir su alimentación necesaria para vivir», denuncia Claudia.

«Al final decidí denunciar la situación, intenté hacerlo por vía judicial pero me remitieron a la Conselleria de Sanidad así que he presentado las correspondientes quejas no solo a allí sino también al Colegio de Médicos para que conozcan la situación». Documentos a los que ha tenido acceso Levante-emv y en los que Claudia denuncia un tratamiento vejatorio por parte de la médica. «La última vez me dijo gritando que me fuera, que me buscara a otro médico, que no quería tenerme como paciente», afirma Claudia para añadir que solo quiere que «recapacite y me haga la receta porque dentro de seis meses volveré a tener el mismo problema», reconoce.

Por su parte, en la Conselleria de Sanidad lamentaron ayer «las molestias» por las que ha tenido que pasar esta usuaria además de indican que la prescripción de productos dietéticos «sólo puede ser realizada por el especialista en Endocrinología y Nutrición». Con todo el departamento de Salud Clínico-Malvarrosa «ha establecido un circuito para solicitar el visado para estos tratamientos sin que se tenga que desplazar cada vez el paciente o familiar al Endocrino». Por ello, se acordó remitir una consulta no presencial desde el médico de cabecera al endocrino, para que éste haga la prescripción «que el paciente puede recoger en el propio centro de salud».

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