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Participación en la arquitectura

Albuixech acaba de inaugurar su Plaza de España, de la que tengo el honor de ser autor como arquitecto, una plaza elegida por sus mismos usuarios, gracias a la excelente iniciativa del Ayuntamiento de Albuixech al convocar un concurso en cuya fase final es el pueblo quien determina el anteproyecto ganador. Considero que esta arquitectura que busca la implementación de la participación ciudadana ha venido para quedarse. Ha pasado el tiempo de la arquitectura espectáculo. Y la Plaza de Albuixech es ejemplo de ello.

La definición más certera y entrañable de la Plaza me la espetó una compañera arquitecta: «Paco, me gusta, estás hilvanando la plaza como si de una salita de estar se tratara». Efectivamente. No buscaba un hito urbano ni un cruce de caminos ni un fondo de perspectiva ni un diseño para gloria del artista. Buscaba una plaza para estar. La belleza de esta plaza, si alguna belleza le es propia, emana de constituir un marco que permita ser vivida por muchas personas diferentes en muchas actividades diversas, generando relaciones armónicas y socialmente dinamizadoras.

Trataré de hacer de cicerone. Partamos de la línea entre lo que es plaza y lo que no es, línea que se difumina en un movimiento sinuoso que pretende atraer nuestra curiosidad.

Sigamos por su concepto sostenible: hemos realizado un diseño tal, que la propia plaza absorbe en la construcción de rampas de acceso los escombros de la demolición de lo preexistente, evitando la contaminación que produciría la exportación de escombros. Utilizamos además materiales naturales, al margen de las modas, que eviten que una zanja futura nos deje el solado lleno de costurones.

Continuemos por su adecuación al uso: hemos organizado la plaza de oeste a este, según un criterio de ruido ambiente y movimiento para que las actividades se puedan solapar espacial y temporalmente.

También hemos querido atar la plaza al lugar, homenajeado el dibujo del parcelario de rústica en el pavimento central y rindiendo pleitesía al regadío que nos legaron culturas hermanas y que constituye el ADN de esta tierra, arbitrando un géiser de carácter lúdico.

Finalmente, hemos vinculado la Plaza a la idea de cultura, reconocimiento y respeto a la diferencia, brindando a la participación ciudadana la aportación de frases que entronquen con esa idea. La Plaza de España se concibe en conjunto como impulso de actividad, de intercambio, de relación? en suma: de vida.

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