La antigua central eléctrica de Manises, una interesante muestra de arquitectura industrial con finalidad de producción energética, se encuentra en un grave estado de conservación a consecuencia de los continuos expolios, robos, actos vandálicos y okupaciones que ha sufrido desde hace cuatro años, por lo fácil que resulta el acceso a su parcela, tal y como informó en enero de 2014 Levante-EMV.
Este inmueble fue propuesto en febrero de 2012 por el Ayuntamiento de Manises, junto con otros bienes del municipio para ser declarado como Bien de Relevancia Local. Además se encuentra afectado por un Plan Parcial aprobado de forma definitiva en 2005, que prevé en el mismo un uso dotacional, dentro del sistema general de zonas verdes del sector urbanístico, por los valores ambientales que rodean al conjunto.
Sin embargo, después de dos años, los signos de abandono y deterioro, así como los escombros y las basuras vertidas ilegalmente en su entorno inmediato no sólo no han sido detenidos sino que no han hecho más que aumentar. El principal peligro que presenta actualmente el conjunto es que tiene partes con peligro de colapso en la coronación de los muros de cerramiento que sustentaban su cubierta metálica. Ésta fue expoliada en torno al año 2013, por lo que las deficiencias, según expertos consultados, pueden suponer un riesgo para los numerosos curiosos y viandantes que suelen pasear por el interior de este recinto, para visitar su interesante salto de agua, debido a que carece de un cercado que impida la entrada indiscriminada. Además, éste salto se encuentra sin vallar en su parte inferior, lo que podría llevar a alguna persona a una caída de varios metros.
Esta minicentral hidroeléctrica conocida como del «Salt del Moro» que perteneció a la Compañía Volta, S.A. fue construida en las primeras décadas del siglo XX, junto al desaparecido Molino de Daroqui o de la Llum, en el margen sur del río Turia, para aprovechar el agua sobre la acequia de Quart, quedando próxima al Barrio de Sant Francesc. Formaba parte de las infraestructuras que la empresa valenciana Volta —absorbida en 1960 por Hidroeléctrica Española, la actual Iberdrola— construyó en l'Horta para garantizar el suministro energético. El edificio estuvo en funcionamiento al menos hasta el año 2000 y prácticamente hasta 2010 se mantenía en relativo buen estado.
El conjunto, según fuentes municipales, fue propiedad de Iberdrola hasta hace un tiempo cuando lo vendió a una empresa de Bilbao. El consistorio indició entonces —en la anterior legislatura— en que era «obligación» de sus dueños mantener el edificio en condiciones, los cuales no han actuado para frenar su deterioro. La institución manifestó su intención de hacerse con su propiedad para poder rehabilitarlo algún día, posiblemente para dedicarlo a un aula de naturaleza, para aprovechar la proximidad con el Parc Natural del río Turia.
