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La Fundación Balbastre irá hasta el final para desalojar a la familia de Mislata

El párroco anuncia que pretende utilizar el local para cursos de cocina y enseñar castellano a inmigrantes

La Fundación Balbastre irá hasta el final para desalojar a la familia de Mislata

«El mismo día que se paralizó el desalojo dí orden al abogado para que volviera a solicitarlo. Esto lo vamos a llevar hasta las últimas consecuencias». Así de contundente se manifestaba ante este diario Alfredo Cremades, párroco de Nuestra Señora de los Ángeles y presidente de la Fundación Francisco Balbastre.

La entidad es la propietaria, según una sentencia del Tribunal Supremo, de todo el edificio del 25 de la calle Mayor de Mislata. En la parte superior vive Josefa Martí, una anciana de 81 años, con su marido enfermo. Firmó hace dos años un contrato de alquiler para quince por 20 euros al mes con la fundación. El acuerdo tenía como objetivo que desalojara los dos bajos. Uno es un antiguo restaurante cerrado y en el otro habita su hijo con su hija de corta edad.El pasado 9 de febrero se presentó frente a su casa la comisión judicial para desalojarlos. Por cuestiones humanitarias, el hombre tiene una incapacidad del 33% por problemas de espalda, se paralizó el desahucio y la oposición de Pepita y miembros de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas también obligó a cancelar la ocupación del antiguo mesón.

«Esta mujer solo pretende dar pena. Tiene una vivienda estupenda en una calle céntrica por solo 20 euros al mes en la que puede vivir toda su familia y pretende seguir ocupando unos bajos que no le pertenecen. Así que vamos a ir hasta las últimas consecuencias», insistía el párroco que apuntaba que «ellos han perdido todas las demandas que han presentado contra la Fundación». A su vez, el religioso revelaba las intenciones de la parroquia para los bajos de inmueble. «La idea inicial era crear un economato para Cáritas pero eso al final está descartado. Ahora tenemos la intención de adecuar el antiguo restaurante para dar cursos de cocina o para que los inmigrantes aprendan español», detallaba.

Desvinculación de la Iglesia

Alfredo Cremades también quiso aprovechar para desvincular al arzobispado de la Fundación Francisco Balbastre. «Lo único que la vincula con la Iglesia es que yo soy el presidente, pero yo rindo cuentas al Patronato de Fundaciones, o sea a la Generalitat, no al Arzobispado», aseguraba el sacerdote. En este sentido, revelaba que si «por mí fuera ya me hubiera dejado la presidencia hace tiempo pero me han dicho que eso es muy complicado».

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