Un día después de registrarse el incendio que obligó a desalojar uno de los bloques de la conocida como «finca roja», ubicada en la calle Llíria del barrio Xenillet de Torrent, técnicos de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) visitaron el edificio afectado. El objetivo era inspeccionar la zona y comprobar los daños ocasionados en la vivienda en la que arrancó el fuego, un segundo piso, y en las áreas comunes como rellanos, escaleras, barandillas o terraza afectadas por el siniestro. También pretendía saber las causas que originaron el incendio.

Cabe recordar que los cuatro bloques, que en total aglutinan un centenar de pisos, son propiedad de la Generalitat, ya que fue el extinto Instituto Valenciano de la Vivienda (Ivvsa) la que impulsó en su día el complejo de pisos sociales.

La mayoría de inmuebles está habitados por familias, con niños y personas mayores, aunque hay un pequeño número de viviendas que están tapidas. Fue la EIGE el que decidió levantar muros de ladrillo en las puertas de acceso en los rellanos, los balcones y las ventanas exteriores para evitar la ocupación ilegal, tal como ha ocurrido en otros bloques de viviendas públicas de municipios de l'Horta. La misma situación se ha repetido en pisos vacíos propiedad de entidades financieras y que han acabado en los tribunales.

El incendio, registrado sobre las nueve de la mañana del martes, sobresaltó a los residentes del primer bloque de la «finca roja». Los que no pudieron salir a causa del humo se refugiaron en sus balcones, e incluso, los de los pisos superiores accedieron a la terraza hasta que los bomberos sofocaron las llamas. El fuego dejó doce intoxicados.